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El Archipiélago se tropicaliza

Gonzalo Piernavieja y Roque Calero alertan de los efectos del cambio climático en las Islas

Gonzalo Piernavieja durante su ponencia de ayer. JUAN CARLOS CASTRO

"Lo que está pasando en Canarias con las lluvias y el exceso de humedad es un síntoma de la tropicalización del clima". Gonzalo Piernavieja, director del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), abrió ayer con este diagnóstico un ciclo de charlas sobre el cambio climático que acoge durante esta semana la ULPGC, organizado por el colectivo ciudadano Muévete por el clima. "Antes no se daba esto, este el clima de Cabo Verde", añadió.

Piernavieja explicó una serie de estrategias que se pueden adoptar desde las Islas, en las que ya trabaja el ITC, encaminadas a la reducción de las emisiones de CO2, que es el problema central que se sitúa en el origen del cambio climático.

Según una serie de proyecciones realizadas por el ITC en el marco del programa Climatique, de no mediar una estrategia que procure atajar estas emisiones, la temperatura crecerá en la Islas unos 2,5 grados de aquí a 2050, aumento que alcanzará los seis grados a final de este siglo. Este incremento se verificará esencialmente en las zonas de medianías, pues el área de costa se ve más protegida contra esta incidencia. El cambio climático también afectará -de hecho ya está afectando- a los vientos. No a su intensidad, sino a la dirección que imprimen a su trayectoria. Los alisios, explicó Piernavieja, ya llegan en ocasiones a Playa del Inglés, lo que puede llegar a poner en peligro las dunas.

Entre las iniciativas del ITC vinculadas a la mitigación del cambio climático cabe destacar el cultivo de microalgas, enmarcado dentro de la denominada economía azul, que Piernavieja no dudó en calificar como "la tecnología del futuro en Canarias". Las microalgas se exportan bien, no consumen suelo fértil, ya que se pueden cultivar en tanques móviles, y el agua que consumen es reutilizable.

En el capítulo energético, citó el ejemplo de El Hierro, autosuficiente con renovables, una idea que se quiere exportar a La Graciosa, adaptada a la dimensión y las características de la octava isla: "Lo ideal sería poder prescindir del suministro eléctrico que llega desde Lanzarote con cables submarinos".

Por su parte, Roque Calero, catedrático de Ingeniería Mecánica y miembro de la Plataforma por un nuevo modelo energético para Canarias, defendió la isla como un modelo en el que se pueden experimentar soluciones de desarrollo sostenible implantables a una mayor escala. "Lo pequeño es importante. El planeta es a su vez una isla. El tratamiento que demos al cambio climático en una isla puede exportable al resto del mundo".

Calero alertó sobre el crecimiento exponencial de las emisiones de CO2 y se planteó como objetivo para Canarias el llegar a "tachar el petróleo" como fuente de energía.

Finalmente, advirtió de la velocidad con que los efectos del cambio climático se están desarrollando, por factores que se van acumulando a los ya previstos, como el deshielo del permafrost y la liberación de metano. "Pensaba que en mi vida no iba a ver estos efectos, pero ahora creo que sí", añadió Roque Calero.

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