Los médicos, tras la entrada en vigor del código de buenas prácticas y transparencia, temen que el Ministerio de Hacienda les obligue a tributar por acudir a congresos y colaborar con las compañías farmacéuticas. La nueva práctica, que a partir de 2017 obligará a los facultativos a aparecer en las listas de pagos que ofrecen anualmente los grandes laboratorios, pondrá luz sobre una práctica que hasta ahora era de régimen privado entre dos partes.

La polémica no es nueva, pero la medida de la patronal Farmaindustria para incrementar la transparencia ha reavivado la controversia sobre una práctica habitual en el sector sanitario. En 2002 y 2006 una compañía farmacéutica y otra de equipamiento sanitario elevaron una consulta a la Dirección General de Tributos sobre la invitación de profesionales a congresos médicos. El organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, resolvió en ambos casos que este tipo de viajes podían considerarse como un pago en especie por el que los facultativos estaban obligados a tributar.

"Las consecuencias serían negativas para todos, en primer lugar para los pacientes". Esa advertencia fue realizada por Manuel Fernández Barrial, miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria el pasado 28 de octubre. "Si en vez de considerarse que este dinero es para formación, que es la realidad, pasa a tratarse como un pago por una actividad profesional por la que el medico debe pagar impuestos, lo previsible es que muchos colegas se busquen alternativas menos eficaces para estar al día y la calidad de la asistencia se resienta", añadió.

De las dos consultas realizadas por compañías del sector farmacéutico a Hacienda, en la última -fechada en 2006- la resolución especifica que "no cabe duda de que las asistencias a congresos financiados por la entidad consultante constituyen para sus destinatarios retribuciones en especie".

A partir de esa respuesta de la Dirección General de Tributos -a una compañía dedicada al comercio al por mayor de aparatos y utensilios para uso médico quirúrgico y terapéutico- y con la entrada en vigor del código de buenas prácticas y transparencia de la patronal farmacéutica, el temor ha aumentado en los últimos meses entre los galenos de España.

El Estado ya advirtió hace una década que estas retribuciones en especies pueden clasificarse de dos maneras diferentes. "Procederá", detalló, "su calificación como rendimientos del trabajo cuando la invitación al congreso venga motivada por el puesto de trabajo desempeñado por el médico beneficiario" al mismo tiempo que aclaraba que en el caso del ejercicio libre de la profesión "su calificación será la de rendimientos de la actividad profesional".

Además recogía otra posibilidad en esta relación entre la industria y el profesional. Si el laboratorio realiza un pago al médico para que este pueda hacer frente a la inscripción y a los gatos relacionados con la manutención -la práctica más habitual en la relación entre amabas partes, según revelan los datos ofrecidos por los grandes laboratorios en el informe correspondiente a 2015, se trataría de "una renta dineraria".