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Universidad

La ciencia se nutre de los roedores

El Bioterio de la ULPGC es vital para el avance en los estudios de diabetes, inmunología y oncología

Roedores para la ciencia

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Roedores para la ciencia María Jesús Hernández

"Yo les explico a mis estudiantes que mi padre vio como murió su abuelo de una neumonía por no disponer de antibióticos, y hoy esa enfermedad rara vez genera mortalidad de forma directa. Hemos pasado de una situación a otra gracias al uso de animales de experimentación. Yo vi morir a mi padre de cáncer, y me gustaría que ni mis hijas ni sus futuros descendientes pasaran por ello. A día de hoy, resolver problemas como el cáncer, la diabetes o la parálisis, sólo pasa por la experimentación animal".

Así lo manifestó el investigador Jorge Francisco González Pérez, director del Servicio General de Investigación Animalario Experimental de la Universidad de Las Palmas, que engloba a todas las instalaciones con animales dentro de la Universidad, entre ellas el Bioterio, ubicado en el Campus de Ciencias de la Salud, con más de 150 ratas y ratones para proyectos de investigación punteros en el campo de la oncología, la diabetes o la inmunología, fundamentalmente.

González hizo estas declaraciones en relación a la problemática que amenaza a la ciencia experimental en Canarias a raíz del bloqueo de las compañías áreas al traslado de animales de laboratorio. Aunque la ULPGC no se encuentra entre los afectados, "de momento", el investigador hizo hincapié en la necesidad de que la sociedad comprenda la importancia de la experimentación animal en la lucha contra las enfermedades, además de informar sobre las estrictas medidas de control, enriquecimiento ambiental y bienestar animal a las que se somete este ámbito de la ciencia.

"El bloqueo de las aerolíneas es un gran problema. Mantener unas colonias de este tipo exige la renovación de las cepas de los animales que utilizamos, por razones obvias, como la consanguinidad. Cada 15 o 20 generaciones, tenemos que incorporar animales en centros de referencia específicos", subrayó.

Para cuidar el bienestar de estos animales de experimentación, ratones, ratas y conejos, fundamentalmente, el objetivo de los científicos es acortar el plazo de sus traslados, de ahí el interés por utilizar las líneas aéreas. "En diciembre en la ULPGC hicimos las últimas incorporaciones, unos conejos que vinieron de Navarra, y no tuvimos problemas vinculados a las compañías aéreas. El bloqueo es reciente, y si bien a nosotros no nos ha supuesto problemas porque desde el año pasado no hemos necesitado comprar animales, si sabemos que otros compañeros del Negrín y de la Universidad de La Laguna se están viendo afectados".

El profesor González añadió que el argumento que esgrimen las compañía aéreas, el riesgo de que los roedores se escapen y puedan morder los cables, no tiene mucho fundamento por dos aspectos, el primero, la seguridad de las cajas de transporte; y en segundo lugar, porque "curiosamente se puede meter en las bodegas de los aviones roedores como animal de compañía que no vengan con fines de experimentación, con lo cual, es un poco absurdo", subrayó.

En la ULPGC hay tres grandes líneas de investigación que trabajan durante todo el año con animales de laboratorio. Uno de ellos es el de Diabetes y Endocrinología Aplicada, que dirige Ana Wägner, un equipo multidisciplinar, clínico-experimental, que colabora con otros grupos locales, nacionales en internacionales, así como con asociaciones de pacientes y empresas para comprender mejor por qué se producen la diabetes y sus complicaciones, especialmente la nefropatía. Entre sus actividades figura la identificación de nuevos tratamientos con productos naturales locales.

Otro de los grupos, especializado en biomedicina, está coordinado por Antonio Castrillo y trabaja en inmunología. Han desarrollado importantes avances para la comunidad científica internacional, como el descubrimiento de la proteína que regula la aparición de macrófagos, células que actúan de centinelas del sistema inmunitario, que podrían estar detrás del desarrollo de enfermedades autoinmunes como el lupus, la diabetes y la inflamación crónica, estudio que se basó en un estudio de laboratorio con ratones genéticamente modificados.

El de BioPharm, de Oncología-Endocrinología Molecular y Traslacional que coordina Leandro Fernández, es otro de los equipos de la ULPGC que ha logrado importantes avances en la búsqueda de sustancias con acción antitumoral, como fármacos antileucémicos.

"Son grupos que trabajan en experimentación animal durante todo el año. Todos captan recursos internacionales y lo hacen porque desarrollan trabajos relevantes en la comunidad científica", subrayó Jorge Francisco González.

El director del Servicio General de Investigación Animalario Experimental de la ULPGC asegura que la investigación experimental está sometida a unos controles rigurosos, donde el bienestar animal es una prioridad. "Nosotros cuidamos mucho, por ejemplo, el enriquecimiento ambiental para evitar el estrés de los animales, tienen casitas donde se pueden refugiar, virutas de papel para hacer sus nidos, tubos donde se esconden...".

Además, desarrollan un control regular de las condiciones higiénico-sanitarias del Bioterio para comprobar que no hay patologías entre los roedores, "que entre ellos el comportamiento no sea agresivo, se evitan ruidos, además de que no suele ser un sitio de visitas". Para ello cuentan con la labor de tres operarios, que se encargan del mantenimiento de los animales, limpieza... El Bioterio está instalado actualmente en los sótanos del edificio del CULP, aunque tienen previsto su traslado, a principios de 2017, al nuevo edificio del Campus de Ciencias de la Salud, en San José, donde gozarán de una mayor superficie.

El uso de animales de laboratorio, tanto en docencia como en investigación, está regulada por el Real Decreto 53/2013, donde se prima el cumplimiento de las tres 'R', que son la Biblia de la experimentación animal: Reemplazo (primar el empleo de métodos que no incluyan animales); reducción (ajustar al mínimo el número de animales que se necesita en cada experimentación); y refinamiento (que los test sean lo menos agresivos posible con los animales).

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