Un total de 155.000 canarios sufren la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una patología íntimamente relacionada con el consumo de tabaco, que tiene serias repercusiones sobre la calidad de vida de quien la sufre y puede acabar ocasionando su muerte. Estos datos fueron aportados ayer por Carlos Cabrera, neumólogo del Hospital Doctor Negrín, desde la carpa informativa que dicho centro instaló en la explanada de Consultas Externas coincidiendo con la celebración del Día Mundial de esa enfermedad.
A pesar de que la EPOC afecta mayoritariamente a fumadores y Canarias tiene unos índices de tabaquismo superiores a la media nacional, la prevalencia de esta enfermedad en el Archipiélago es inferior a la registrada en el resto del país. Así, esta patología afecta al 7,3% de la población canaria que tiene entre 40 y 80 años, cuando la media de prevalencia española se sitúa en torno al 10%. Esta estadística, correspondiente a un estudio elaborado por el Negrín junto al Hospital Universitario de Canarias en 2013, añade además que los hombres son más vulnerables (8,7 %) que las mujeres (6,3 %).
La EPOC es una enfermedad que tiene serias consecuencias para la salud de quien la padece, pues causa dificultad para res- pirar de forma progresiva. "Es muy desconocida pero muy importante, está en muchísimas personas canarias, tiene una morta-lidad alta así como una carga social y sanitaria muy elevada", ex-plica el neumólogo. Así, es la tercera causa de muerte mundial y también en España. En Canarias, en estadios moderados o graves, a los cinco años se da una mortalidad del 50% de los afectados, un porcentaje similar al del resto del mundo. "Estamos ante una enfermedad que a la hora de matar no entiende de fronteras", añade Cabrera.
Uno de los problemas de esta patología es que está muy infradiagnosticada, de forma que hay personas que la sufren y sin embargo lo desconocen. "Hay muchas personas con la enfermedad, pero creen que lo que tienen es normal por fumar, así que no van al médico. Y al no ir al médico no somos capaces de diagnosticarlo y ofrecer un tratamiento eficaz", afirma el facultativo. El fumador que tenga tos, flemas y, sobre todo, que comience a sentir asfixia, debería acudir al médico para hacerse las pruebas.
El avance de la enfermedad lleva a muchos de estos enfermos a precisar de oxigenoterapia. "Cuando llega a unas fases muy avanzadas, la destrucción que se produce dentro de los pulmones es muy alta. Esas personas ya no pueden meter el oxígeno como las otras, así que tenemos que aportarle oxígeno extra", explica el neumólogo. La administración de oxígeno puede tener distintos regímenes: "Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, hay personas que tienen que estar 24 horas con el oxígeno, otras sólo 16. Hay enfermos que lo necesitan sólo cuando caminan, porque los músculos les piden más oxígeno y no les llega". En la actualidad, en Gran Canaria reciben oxigenoterapia unas 800 personas.
Dejar de fumar
La EPOC no es reversible, pero un factor crucial para mejorar la calidad de vida es dejar de fumar, como recomienda Cabrera: "Dejar de fumar puede cambiar el curso de la enfermedad. No vale de nada poner tratamientos si la persona sigue destruyendo sus pulmones. Si una persona deja de fumar, toma el tratamiento y hace ejercicio, se está viendo como a nivel europeo la mortalidad está disminuyendo. Si tienes la suerte de no haber llegado en un estadio muy grave, probablemente se convertirá en un enfermedad crónica con la que podamos lidiar durante muchos años".
Así, el diagnóstico temprano es fundamental, dado que habitualmente esta patología va empeorando cada año, a medida que se va perdiendo un poco de función pulmonar. "Dependemos del estadio en que cojamos al enfermo tendremos un pronóstico o tendremos otro. Es importante que aquellas personas que fumen y que tengan algún tipo de síntoma vayan al médico", añade
Carlos Cabrera insiste en la necesidad de "erradicar la plaga" del tabaquismo. "Es la primera causa de muerte evitable mundial y la causa de esta enfermedad. Los que no puedan dejar de fumar tienen que saber que se enfrentan a un riesgo alto de contraer EPOC y que el no poder dejarlo es relativo. Nosotros tenemos mucha ayuda que podemos ofrecer, podemos intentarlo las veces que haga falta. Nunca vamos a denegar la ayuda a nadie aunque lo haya intentado cuarenta veces", finaliza.
