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Cine

Monleón recrea en Agaete los pasajes íntimos de la vida de Pepe Dámaso

El director valenciano rueda en el noroeste grancanario los principales momentos de un documental producido por Andrés Santana

Monleón recrea en Agaete los pasajes íntimos de la vida de Pepe Dámaso LP / DLP

El director valenciano Sigfrid Monleón rodó ayer las últimas escenas de la película documental sobre Pepe Dámaso previstas en el municipio de Agaete. La obra, que lleva el título provisional de Plantaba raíces secas para que salieran mariposas, y que se anuncia como el testimonio definitivo del artista grancanario, emprende ahora su recta final a la espera de que ruede una escena por teléfono entre el artista y la viuda de Manolo Millares, Elvireta Escobio, en Madrid, y otras dos en Fuerteventura y Lanzarote respectivamente.

Durante el día de ayer, Monleón filmó varias escenas trascendentales para el desarrollo de la obra ya que se producen en el lugar del nacimiento del artista. La primera, en el puerto de Las Nieves, muestra cómo un niño, alter ego del pintor, juega con una cometa llamada Muerte con el dibujo de una carabela que conservaba el pintor en su casa entre sus trabajos más emblemáticos. La segunda fue una amplia panorámica del valle del municipio del noroeste de la isla desde el Maipés, en la que se divisa todo el yacimiento arqueológico.

Ambas escenas fueron realizadas con la utilización de un dron de última generación, de manejo sofisticado pero efectivo, que despertó la curiosidad de los vecinos y turistas que en ese momento paseaban por los alrededores. En cuanto al manejo de la cometa, el realizador contó con la ayuda del maestro cometero Paco Arana que recreó el vuelo que se hizo en 2002.

La posibilidad de contemplar personalmente un día de trabajo del autor de obras como El cónsul de Sodoma o Ciudadano Negrín resulta de lo más gratificante, y sirve para adentrarnos en el proceso creador de un autor que lleva con pulso, pero mucha templanza, su trabajo. El propio director asegura que Agaete va a centrar la mitad del metraje, por eso el trabajo en este lugar ha sido mucho más intenso. Sigfrid Moleón recordaba que "la escena de la cometa es casi la espina dorsal y queríamos una carabela que se moviera, que pareciera que estaba viva, como si la filmara dios en un plano desde arriba. Es también juntar el hecho primitivo fabricado con tela y pegamento y la tecnología de hoy en día". El resultado fue de lo más satisfactorio ya que, incluso, por los monitores parecía que la carabela saludaba en un momento dado al propio equipo técnico de rodaje. Un equipo de doce personas trabaja en esta realización y el realizador, que ha estado nominado a los Goya en cuatro ocasiones, insiste en que no quiere dejarse detrás ningún detalle trascendental. Por este motivo las escenas realizadas en el municipio grancanario van desde el mítico pinar de Tamadaba, hasta la fiesta de la Rama, pasando por la necrópolis del Maipés, las cuevas de Berbique, la playa de Guayedra, el Tríptico Flamenco de Nuestra Señora de las Nieves del maestro del renacimiento holandés Van Cleve, los restos del antiguo ingenio azucarero de Agaete, etc.

"La película va a tratar de descubrir cuál es su verdadera identidad, cuál es el Pepe detrás de las máscaras", afirma el director. "Él ahora mismo está en este viaje que califica de último y testamentario, y habla de esta película como de una prolongación de su obra, como una reflexión final, un punto final".

Por la cantidad de elementos de la historia, mitológicos e históricos, Monleón encuentra analogías entre su trabajo y Una historia del viento, de Joris Ivens, gran maestro del cine documental holandés. El director también quiere subrayar el carácter peculiar del artista que le hace sobrevivir y progresar en situaciones difíciles incluso innovando. Un ejemplo fue cuando aquella primera exposición sin cuadros en Madrid, que la realiza porque no llegó el material a tiempo, y es recibida como un toque maestro del arte conceptual. La otra es el homenaje a Juanita, la mujer que le enseñó los primeros lápices de colores, y con la que se anticipa al Arte Povera italiano.

Por su parte, el productor Andrés Santana afirma que "llevamos cuatro semanas y media de rodaje, y nos quedan cuatro días más". La película es una especie de testamento de Pepe Dámaso, como pintor y parte de las historia de los personajes que hablan de sus vivencias. Es como una despedida de todo lo vivido, un recorrido por un mundo que ya no está", dijo.

Para Santana se trata de "un documental atípico, en el que Dámaso habla en primera persona de sus vivencias "buscando el trasfondo del personaje, no el exterior del personaje" y en la línea de Negrín o Emilio Ruiz. "Pepe Dámaso siempre pensaba qué se veía desde la cometa, como si fuera el ojo avisor del pasado y el presente, el elemento fundamental, la vida, pensar qué hay más allá, más arriba. La idea es un poco tocar el tema del vuelo de la vida. Que el tiempo ya ha pasado y tu vida se ha ido".

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