El programa piloto en el que tomó parte Cora junto a un grupo de pacientes con trastorno mental grave del Hospital Juan Carlos I no tiene demasiados antecedentes ni existe una abundante literatura que dé cuenta de experiencias similares, así que a la psiquiatra Sabrina González no le quedó más remedio que ir haciendo camino al andar. "Sobre este tipo de intervenciones con animales hay trabajos hechos, pero no numerosos, son bastante escasos. Y los que existen se centran sobre todo en adultos", explica.

González valora de forma muy positiva la intensa experiencia de sus pacientes con la perra. Pero no es una mera impresión de la facultativa, las mediciones que se realizaron así lo atestiguan: "Decidimos analizar tres variables que queríamos averiguar. Una era la angustia, porque los chicos por sus circunstancias psicopatológicas y familiares muchas veces llegan con un alto grado de angustia al hospital y hay que intentar bajarla para poder trabajar adecuadamente con ellos y que funcione lo que estamos haciendo. La otra es el estado de bienestar, ver en qué grado estaban a gusto con la situación y con ellos mismos. Finalmente, el sentimiento de utilidad, para ellos es muy importante sentirse útiles, que están haciendo algo productivo".

A los pacientes se les preguntaba a la entrada de las sesiones con Cora y también a la salida, de forma que se iban seriando los datos semana tras semana para constatar una posible evolución en uno u otro sentido: "Se comprobó cómo sistemáticamente se iba reduciendo el grado de angustia, tanto con el que llegaban como con el que se iban. Siempre salían con un grado mucho menor y con un grado de bienestar y utilidad mucho mayor. Eso se mantuvo a lo largo de las semanas y además fue progresivo".

La psiquiatra está abierta a esta clase de experiencias, que le permiten luego trabajar otras habilidades con los pacientes. "Las terapias standard focalizan su trabajo muchas veces en los deficits y carencias del paciente, en todos los pacientes, pero sobre todo en el ámbito infanto-juvenil te das cuenta de que necesitas echar manos de otras estrategias, de aquellas que potencien las capacidades de nuestros pacientes. Todo lo ofrezca un beneficio extra, bienvenido sea", finaliza González, que en esa misma línea ha incorporado un taller de musicoterapia para algunos pacientes que están bajo su supervisión médica.