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Entrevista a 'Canco' Rodríguez

"El Jurado' retrata a la sociedad y su postura ante la corrupción"

"La televisión es un escaparate, no solo más potente que el teatro sino incluso que el cine", reconoce el actor

Retrato de 'Canco' Rodríguez. LP/DLP

El texto de El Jurado está inspirado en Doce hombres sin piedad de Reginald Rose.

La obra está inspirada libremente en Doce hombres sin piedad, aunque no conserva ni una sola palabra del original. La trama está adaptada a un tema de actualidad como es la corrupción. Todos los días nos levantamos con una nueva noticia acerca de este asunto, mientras que cuando se estrenó a mediados de los cincuenta en Estados Unidos se criticaba la pena de muerte, que había sido aceptada en la sociedad americana. Cuando se hizo esta adaptación a un jurado popular español, la pena de muerte no tiene sentido ya que no existe.

¿Cómo resolvieron ese inconveniente?

Se pensó en quién sería la persona a la cual todos considerarían culpable sin haber pruebas, ni nada por el estilo. Solo podía ser un político, ya que la imagen de este colectivo se ha manchado tanto que parece que todos son unos ladrones. Además se trata un elemento que hace que la obra sea muy actual. Cuando el jurado delibera, todos votan culpable menos uno que es el personaje que interpreta Pepón Nieto, que dice "no culpable", lo que no significa inocente. A partir de ahí se tiene que hablar del acusado y no culparlo sin pruebas, a este respecto, aunque la obra trate muchos temas uno de ellos es si nuestra opinión está basada en un juicio objetivo o no.

¿Cuál es la importancia de su personaje en la obra?

Es una obra tan coral que se puede hablar de mi personaje como de cualquier otro, porque los nueve actores son un reflejo de la sociedad, representan a todo tipo de clases sociales y estructuras de la población española reunidas casualmente para emitir un veredicto acerca de un caso de cohecho.

Su personaje no es objetivo.

La primera frase que digo es "todos los políticos son culpables", algo en lo que casi todos los miembros del jurado coinciden, por eso Pepón Nieto tiene que ir convenciendo a uno por uno. El objetivo de El Jurado no es decir si los políticos son culpables o no, sino lanzar unas preguntas acerca de cómo percibe la corrupción política la sociedad española.

¿Cómo lo describiría?

Se llama tres y como el resto no tiene nombre. Es un reto, porque cualquier actor tiene una ideología, pero tengo que interpretar a un personaje que quiere irse a ver el fútbol, le importa un rábano lo que diga el jurado y sin embargo no es superficial. Lo que sucede es que está decepcionado con la política y la justicia, no es que sólo quiera ver el fútbol, sino que no cree en la política ni en la justicia.

¿Por qué hay gente que se preocupa más de Messi o Ronaldo que de lo pasa en su país?

Es por la educación, se nos enseña a tirar a la basura las páginas naranjas del periódico, si se instruye así a un país entonces lo que interesa es Messi, Ronaldo o ver jugar a la selección argentina.

¿Trata de representar a un tipo de joven?

La idea es que a través de él se muestra que algo se está haciendo mal en la educación de cierto sector de los jóvenes, pero muchas veces, cuando ponemos una nota en la prensa, se dice brevemente que mi personaje lo que quiere es irse a ver el fútbol, pero yo, como los demás actores, tengo una intención por lo bajo, y es la de transmitir al público, no sólo en esta obra sino en otras, que el personaje no es para nada una caricatura o un arquetipo. En este aspecto se trabaja mucho desde el realismo.

¿El número tres es un nini?

Evidentemente hay unos motivos que le llevan a ser así, como la clase social a la que pertenece, su educación, pero no hemos querido posicionarlo, sino construir un personaje particular que vemos a diario, aunque no tratamos de representar a una generación o a los ninis, sino más bien a uno que trabaja para ganar su dinero, vivir día a día y ve la política como un juego que no entiende y en el que siempre ganan los mismos, pero es un hombre que tiene muchos más matices y profundidad.

Se trata de una representación compleja.

Este tipo de obras no suelen ser sencillas, pero el director, Andrés Lima, que cuenta con un amplio reconocimiento nacional e internacional, y cuyas obras suelen ser éxitos seguros, es tan grande que trabajar con él te obliga a unirte con el texto y vivirlo como una situación muy fuerte. Es un placer trabajar con él y eso es extensible a la compañía.

La puesta en escena es algo particular.

Está inspirada en el cine negro americano, en consecuencia es una obra muy cinematográfica, el público podrá disfrutar de una representación que gira, los actores no tenemos que estar mirando a los espectadores porque la mesa va dando vueltas por orden del director que pretende que veamos lo que él quiere. No es una obra al uso, como si se tratara de un trávelin cinematográfico, sino que gira ante el espectador, que cree estar dentro de una película. Incluso la iluminación, que me encanta, es muy potente, hay una batería de focos gigantes iluminando la mesa creando una atmósfera como de thriller.

Últimamente el teatro está tomando características cada vez más cinematográficas.

En esta obra, particularmente era necesario, e incluso me parece muy interesante la forma que el director tiene de hacer que parezca una obra cinematográfica, porque está inspirada en una película. Es una decisión personal del director, que puede ser necesaria o no, pero creo que este caso ha sido mejor que fuera contada así, ya que se crea una tensión en el hecho que ningún actor tenga que abandonar el escenario.

Pocas obras llevan a nueve actores de esta talla a escena

Es un formato teatral que se está perdiendo debido a que el coste es mucho mayor, llevar a ese elenco de gira, especialmente cuando son actores de primera línea, que gozan de un gran reconocimiento teatral, supone correr un riesgo, pero afortunadamente la productora Avanti Teatros aboga por recuperar un teatro que no sea de dos actores, porque esa es la cantidad que se puede pagar. Es una gran suerte que haya aceptado el desafío de embarcarse en esta obra tan grande.

¿Cómo definiría brevemente El Jurado?

Como un retrato de la sociedad española y su postura ante la corrupción y la justicia, planteando una pregunta ¿es justa la justicia?

¿Y cuál es la respuesta?

Cuando hemos hecho debates tras la representación, porque la obra da mucho juego para eso, en esos encuentros con el público siempre hacen la misma pregunta: ¿El mensaje es optimista o pesimista? Obviamente desde la compañía cada cual tiene su opinión, cada uno piensa de una forma, es una pregunta abierta que el espectador tiene que hacerse en virtud de lo que sucede a diario.

¿Se considera un actor teatral que ha triunfado en la televisión gracias a su versatilidad?

Me considero actor, no de cine, teatro o televisión, y por lo tanto soy un profesional que puede trabajar en el medio que se le reclame. Decir si soy versátil, bueno o pésimo, no depende de mí, sino de los actores y directores con los que trabajo, ellos deben responder.

¿Rechaza que se encasille a los actores dependiendo de dónde interpreten?

Se ha hecho una división de actor de cine, televisión y teatro y también catalogándolos de buenos y malos. Lo asombroso es que en muchos países esta forma de valorar al actor no depende de si hace televisión o teatro, sino de su trabajo, que es lo que denota si son buenos o malos y nada más. Porque Kevin Spacey haga una serie no se le considerará peor que un actor que hace teatro. Creo que ahora estamos igualándolo todo, ha cambiado esa forma de catalogar a los actores.

Pero trabajar en la televisión es lo que le ha hecho famoso.

La televisión es un escaparate, no solo más potente que el teatro sino incluso que el cine. Cada semana en Tu cara me suena tenemos picos de tres millones y medio y hasta de cuatro, no hay obra de teatro que pueda superar eso.

¿Cree que interpretar a Barajas le ha encasillado?

Es normal que se me conozca como Barajas después de tantos años interpretando a ese personaje que me proyectado personalmente. Pero la prensa se empeña en llamarme Barajas como si el actor no existiera, es normal que alguien diga "Barajas viene a hacer El Jurado en las islas", pero es lamentable que lo afirme un periodista. Muchas veces no se nos quita el sambenito porque desde los medios no se nos ayuda en ese aspecto.

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