El Soldadito de Plomo de Andersen, El gigante egoísta de Oscar Wilde, Cascanueces de Ernst Hoffmann y Canción de Navidad de Charles Dickens. Estos cuentos navideños esconden mucha ciencia entre sus líneas, y los alumnos del IES Doramas, en el municipio de Moya se han encargado de sacarla a la luz, gracias a la iniciativa de los profesores de Biología y Geología Juan Navarro de Tuero, y de Física y Química José Manuel Rodríguez Rodríguez.

El proyecto, titulado Sr. Scrooge: ¡La Navidad ni se crea ni se destruye, se experimenta!, ganó el primer premio del X Encuentro CIJLEES (Club Internacional de Jóvenes Lectores y Escritores) y Muestra Internacional de Experiencias Bibliotecarias y Animación Lectora celebrado el pasado mes de octubre en Lanzarote, en el que se presentaron trabajos de institutos de todo el país, además de Suecia, Portugal, Bélgica y Méjico.

La iniciativa, dirigida al alumnado de Biología, Geología, Física y Química del IES Doramas, desde primero de la ESO hasta segundo de Bachillerato (de 12 a 18 años), consiste en la lectura de cuatro cuentos navideños y numerosos artículos de prensa relacionados con la Navidad, a lo largo del curso. "Nos propusimos impartir el temario de nuestras asignaturas utilizando como vehículo la animación lectora. Pensamos que el principal problema para la enseñanza de las ciencias experimentales es la escasa cultura general del alumnado, lo que se traduce en grandes dificultades para la comprensión lectora y la expresión, tanto oral como escrita", indicaron los profesores José M. Rodríguez y Juan Navarro.

Para ello decidieron proponer la lectura de textos que, en principio no tuvieran cabida en un aula de ciencias, y contribuyeran a una enseñanza integral. "No hay nada que no tenga relación con la ciencia, solo tenemos que disponer de la información precisa y de una pizca de imaginación", apuntaron ambos profesores. De esta forma, los alumnos tuvieron que documentarse leyendo nuevos textos, "y la curiosidad despertada crea necesidades que serán cubiertas con la lectura de todo tipo de textos en diferentes formatos".

La idea de utilizar textos relacionados con la navidad surge a partir del dato de que Isaac Newton nace el 25 de diciembre, "porque lo que realmente celebramos en Nochebuena es la Newtonavidad", afirman. Para presentar el proyecto solicitaron la ayuda del actor de doblaje canario Fernando Cabrera, "que da voz al físico más conocido por nuestro alumnado, ¿Newton? No, Sheldon Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory". Una colaboración que agradecen José Manuel Rodríguez y Juan Navarro, sobre todo por el impacto que tuvo entre los chicos al ver y oír al físico norteamericano saludarlos y darles la enhorabuena por la gran idea de leer los textos clásicos y buscarle la relación con las diferentes ciencias experimentales. "Con ese inicio logramos una gran predisposición de los alumnos, el buen humor no falla en la enseñanza de la ciencia".

El proyecto, que comenzó el pasado curso y terminará en el actual, disecciona de forma concienzuda los cuatro cuentos y artículos de prensa seleccionados, "se les extrae toda la ciencia que tienen, y la que no tiene se la buscamos, subrayan los impulsores de esta iniciativa.

Como ejemplo, en El soldadito de plomo Hans Christian Andersen comienza con 25 soldaditos de plomo, todos exactamente iguales, que habían sido obtenidos del fundido de una cuchara de plomo. La primera pregunta que se les plantea es el tamaño de cada figura. "Grandes no serían, pues dada la elevada densidad del plomo (11,3g/cm3), si imaginamos que cada figura ocupa tan sólo 1 cm3, la cuchara "madre" habría tenido una masa de 282,5g. ¡Menuda cuchara, o cucharón!". Como conclusión deducen que Andersen fue el precursor de la centi o militecnología, que a la postre originaría la nanotecnología. A su vez, fue también el precursor de la clonación, sirviendo de inspiración a Sir Ian Wilmut para generar a la famosa oveja Dolly.

"Esto, además de servir de punto de arranque para abordar la ingeniería genética, también permite que nuestros alumnos aprendan que la clonación no genera variabilidad genética, con lo que el medio no podrá seleccionar a los individuos, pues son todos iguales, y por tanto éstos estarán en desventaja frente a los organismos que sí la presentan. Claro que por otro lado nuestro querido soldadito de plomo era peculiar: le faltaba una pierna. El visionario de Andersen ya vislumbraba las mutaciones y sus consecuencias. ¿Cómo debía de tener desplazada la masa de su cuerpo para no caerse?".

Otra parte analizada del cuento fue cuando al soldado se lo tragó un pez, que a su vez fue pescado y vendido en el mercado. Esto dio pie a que profesores y alumnos abordaran el significado de la cadena trófica, y que el plomo es un elemento pesado bioacumulable. Así, surgió la problemática de la panga, pescado que procede en su mayoría del río Mekong de Vietnam, uno de los más contaminados del planeta y que ha sido vetado en varias comunidades autónomas e incluso en algunos países por su sospechoso elevado contenido en sustancias tóxicas. En este sentido hablaron de los efectos del plomo sobre la salud, produciendo saturnismo, que afecta seriamente al sistema nervioso, un mal que sufrieron personajes ilustres como Beethoven. "¿Por qué la padeció si él no consumía panga? Porque comían mucho pescado del Danubio, que antaño estaba altamente contaminado con plomo, y que quizás contribuyó a dejarlo sordo. Pintores de la talla de Van Gogh también tuvieron que convivir con esta enfermedad por el contenido del dicromato de plomo presente en sus óleos".

Oscar Wilde cuenta en El Gigante egoísta, que los niños, a la salida de la escuela, se iban a jugar al jardín del gigante, que era "amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoques". A partir de este párrafo, los alumnos empezaron a experimentar en el laboratorio para lograr ver "flores luminosas como estrellas". Tras fracasar en el intento de que las flores absorbieran la fluoresceína que habían disuelto en el agua, llegaron a la conclusión de que el jardín del gigante debía de ser regado con un agua con fluoresceína, depositada sobre las flores. "En oscuridad, y con luz ultravioleta, logramos que brillaran como estrellas, igual que los ojos de nuestros alumnos, que quedaron estupefactos; y de paso, aprovechamos y explicamos las diferencias entre fosforescencia, fluorescencia y reflectancia".

Ernst Hoffmann en su Cascanueces describe al magistrado Drosselmeier como "un hombre no precisamente guapo, bajito y delgado, (que) tenía muchas arrugas en el rostro; en el lugar del ojo derecho llevaba un gran parche negro". Y así, se plantean en el aula los problemas que pueden derivarse de ver con un solo ojo. Para ello diseñaron un dispositivo eléctrico mediante el cual el alumno podía comprobar "con sus propios ojos" que para apreciar las distancias es imprescindible ver con los dos ojos, lo que se conoce como visión estereoscópica: el cerebro combina las imágenes producidas por ambos ojos. "Es por ello que si nos ponen un parche en un ojo tenemos prohibido conducir".

Sobre el ratón con siete cabezas que aparece en el capítulo IV, profesores y alumnos no fueron capaces de confirmarlo, pero de lo que no tienen dudas los chicos es de que sí existen tortugas, serpientes, tiburones con dos y tres cabezas, formados por el mismo proceso que los gemelos siameses: todos ellos son el resultado de la unión secundaria de dos discos embrionarios monocigóticos originalmente separados. "Por supuesto, también hay espermatozoides defectuosos con dos cabezas que nunca llegarán a su objetivo. Quizás este ratón anómalo se obtuvo por algún tipo de manipulación genética".

En Canción de Navidad, de Dickens, el señor Scrooge no había sido una persona muy agradable a lo largo de su vida y en una de las tres visitas que le hicieron los espíritus o fantasmas uno le interpeló: "¿O ya conoces el peso y la longitud de la apretada espiral que tú mismo arrastras? Hace siete Navidades ya era tan pesada y tan larga como ésta. Desde entonces, has trabajado en ella aún más. ¡Tienes una cadena impresionante!". Para el profesor de Biología, Dickens estaba hablando del mismísimo ADN, de la doble hélice de Watson y Crick. "A través de unos cálculos matemáticos sencillos determinamos la longitud total del ADN que tenemos en cada célula y que se corresponde con unos 2,34 metros. ¿Cómo cabe todo eso en el núcleo de una célula? ¿Pues no afirmaba correctamente Dickens que estaba muy apretada? Y si multiplicamos la longitud de ADN de cada célula por los 50 billones de células que tenemos nos sale la cifra astronómica de 113 mil millones de kilómetros".

Para que la ciencia les entrara "por la boca", los estudiantes fabricaron su propia doble hélice de ADN con golosinas.

Analizaron también otros personajes navideños como Rudolph, el reno que tenía la nariz roja, del que aprendieron que los renos poseen un 25% más de densidad de vasos sanguíneos en la nariz peluda que los humanos, lo que lleva a su color rojizo, lo que les permite protegerse frente a la congelación durante los paseos en trineo y les ayuda a regular la temperatura de su cerebro.

Asimismo les quedó claro que Rudolph no es un reno, pues los machos pierden su cornamenta durante el período navideño. "Cambios en la concentración de hormonas sexuales promueven la reabsorción de los huesos en la base de los cuernos de los machos adultos, se les caen en noviembre y no crecen hasta primavera. En cambio, las hembras reno son los únicos miembros de la familia del ciervo que desarrollan cornamentas y les dura mucho tiempo".

En definitiva, Sr. Scrooge: ¡La Navidad ni se crea ni se destruye, se experimenta!, es un proyecto docente de premio, donde ciencias y letras forman equipo y hacen, del aprendizaje, una diversión.