La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Carlos Baena

"La animación puede ayudar a crear una industria del cine en las Islas"

"Trabajar en cualquier película de Píxar fue un reto y un honor, ya que gracias a 'Toy Story' trabajo en esto", reconoce el cineasta especializado en animación

Carlos Baena en los estudios de Pixar en una imagen de 2010. LP / DLP

¿Cómo acabó en Estados Unidos y en la industria del cine?

Fue una combinación de factores. Por un lado, el darme cuenta siendo joven de lo que me veía o no haciendo. Desde pequeño me han gustado el cine y el arte, con lo que me quité de la carrera de Derecho para ver vías para aprender más sobre esos campos. Como siempre quise aprender inglés me mudé a Estados Unidos desde joven para aprender inglés y estudiar arte.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en este negocio?

Pues poco a poco. Cometes errores y pruebas cosas mientras aprendes y sigues adelante. Estuve unos cuantos años animando anuncios y de ahí pasé a empezar a trabajar en Industrial Light and Magic, fundada por George Lucas.

¿Por qué decidió que el mundo de la animación era lo suyo?

La animación llegó cuando me mudé a Estados Unidos y al ver películas como Pesadilla antes de Navidad y Toy Story. Me gustó de inmediato ya que era una combinación muy fuerte del cine y del dibujo, que eran dos cosas que siempre me habían gustado.

¿Cómo llegó a trabajar en Pixar y qué valor tiene para usted haber sido responsable de personajes de referencia como Buzz Lightyear, de Toy Story?

A Pixar llegue después de estar trabajando en ILM. Tuve la oportunidad de hacer un test de animación que fue lo que me permitió acceder a Pixar tras varios años intentándolo sin éxito. El trabajar en cualquier película de Pixar fue un reto así como un honor.

Buscando a Nemo, Wall-E, Ratatouille y Monstruos University. ¿Cómo recuerda estos proyectos y cuál fue el más especial?

Mis mejores recuerdos son de Ratatouille y ToyStory 3, por diferentes motivos tantos laborables como personales. El trabajo era difícil pero te forzaba a sacar lo mejor de ti mismo. Y el ambiente de trabajo era excepcional.

En 2011 hizo un corto educativo contra el acoso escolar llamado Play by play.

Ese corto supuso bastante ya que me metí en muchos terrenos que desconocía: desde trabajar en imagen real con cámaras y actores, algo bien difícil y diferente a la animación; como la respuesta (incluso a día de hoy) de las escuelas que han estado enseñando el cortometraje cada año desde que lo acabamos. Los premios significan poco después de ver que lo que haces afecta a la gente de forma positiva.

¿Qué tal su experiencia con el episodio II de la saga Star Wars?

Fue un sueño cumplido. Desde que era muy pequeño me gustó la trilogía original. El que la película saliese bien o mal, en muchos casos, no depende de lo que se hace en animación. Es más un problema de guión, personajes y argumento. En esta industria aprendes rápido que no todos los proyectos en los que trabajas van a salir bien.

¿Por qué decidió dar el salto a la formación en línea?

La escuela fue en línea desde su inicio por varios motivos. Uno de ellos es hacer la educación accesible a gente que no tuviese la misma suerte que tuve yo de ir y aprender de profesores de estudio en persona, ya fuese por temas de visado, familiares o económicos. Intentamos enseñar a los estudiantes lo más que podemos sobre animación, sus orígenes, el feedback, la interpretación y muchas cosas más. También intentamos enseñar conceptos de forma distinta a una escuela normal.

¿Cómo ve la apuesta por el cine del Gobierno canario a través de los incentivos fiscales y que se haya incluido la animación?

A mí me encanta Pocoyo, así como lo poco que he visto de Telerín, que tiene una pinta fantástica, y se han asentado en la Isla. Desde luego creo que puede ayudar mucho a la creación de una industria canaria. Pero debe ir acompañado de formación. Es algo que ayudaría también a los estudios de cine.

Si esta industria avanza en el Archipiélago, ¿le gustaría volver algún día?

Por supuesto. En una industria tan impredecible como la del cine y la animación siempre ayuda el estar dispuesto a cambios. Si ese cambio es a ciudades o países como Canarias y España esto facilita mucho la decisión.

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