La cifra anual de muertes ligadas al consumo de tabaco en el mundo se incrementará de los 6 millones actuales a 8 millones de personas en 2030, y el 80 % de esos fallecimientos se producirán en los países de bajos y medianos ingresos. Así lo expone un estudio presentado ayer, titulado La economía, el tabaco y del control del tabaco, y elaborado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La primera conclusión del estudio es que los países más afectados serán los de bajos y medianos ingresos, que pagarán un mayor precio para hacer frente a las consecuencias económicas de la adicción. El 80 % de los fumadores del mundo vive en esos países y se cree que el 80 % de las víctimas mortales derivadas de dicho consumo se producirán en esas naciones. Aunque a nivel global la prevalencia del consumo está cayendo, como la población mundial está creciendo, el estudio estima que "hay una gran posibilidad" de que el objetivo de la OMS de que haya una reducción del 30 % del consumo de tabaco en 2025 "no se alcance".