La Provincia - Diario de Las Palmas

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Religión

Sólo el 14% de las bodas que se celebran en Canarias son católicas

Los isleños cada vez se casan menos, en 2015 hubo 6.663 enlaces por 7.578 en 2000

Boda civil celebrada en el Bosque de los Tilos. LA PROVINCIA/DLP

Expresiones como "pasar por el altar" o "pasar por la vicaría" van camino de convertirse en antiguallas, pues en España se registran cada vez menos matrimonios religiosos. En Canarias sólo el 14% de los enlaces censados en el primer semestre de 2016 se acogieron al rito católico, un exiguo porcentaje que da cuenta de la acelerada secularización que experimenta nuestra sociedad, cada vez más alejada de usos y costumbres que le eran medulares hace apenas tres o cuatro décadas. Así, de las 2.861 uniones conyugales certificadas en las Islas entre enero y junio del año pasado, 404 fueron mediante boda católica.

En general, los canarios cada vez se casan menos, independientemente de que los matrimonios tengan carácter civil o religioso. Si en 2000 fueron 7.578 los nuevos enlaces celebrados en las Islas, quince años después ese número se redujo hasta 6.663, lo que significa un descenso del 12%, según datos recogidos en su web por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El sacerdote Fermín Romero, director del Centro de Orientación Familiar de Canarias (COF), ve en estas estadísticas la expresión de una sociedad que ha sometido a dura criba instituciones que durante mucho tiempo la vertebraron: "Procedemos de un modelo social en el que la fe era un hecho dado y recibido; hoy la fe es un hecho contestado. Durante largas décadas se la ha sometido a crítica y deslegitimación, como ha sucedido también con otras instituciones sociales básicas, caso de la familia, la escuela y la política. Estas críticas han podido ser también reclamo de aplauso social por parte de quienes las formulan -básicamente políticos y medios de comunicación social-, sin reflexionar sobre los efectos que pudieran tener cuando no se plantean a la vez procesos de reconstrucción".

En este clima de profunda transformación y provisionalidad que describe Romero, el matrimonio religioso parte en condición de desventaja frente al que tiene carácter civil. "Casarse hoy es una decisión que implica consensuar, compaginar modelos nuevos de varón y mujer, ensamblar esas categorías que antes se daban por supuestas. Hoy el matrimonio por la Iglesia se presenta como algo para siempre, frente al civil, en el que se sobreentiende que si no sale bien será fácil divorciarse", explica el sacerdote, para concluir que "el civil lleva consigo la temporalidad o la provisionalidad, frente a las exigencias de la fe de que el amor entre cristianos se supone que es para siempre".

Provincias

Por provincias, Las Palmas muestra una estadística aún más drástica que la del conjunto de la región. De los 1.489 enlaces conyugales celebrados en el primer semestre del año pasado en la provincia oriental, 188 fueron por la Iglesia, lo que supone un 12%, uno de los porcentajes más bajo de toda España. El dato correspondiente a Santa Cruz de Tenerife es algo superior, pues allí pasaron por el altar en ese mismo plazo 216 parejas, de un total de 1372 que se casaron, un 15%.

En todo caso, los canarios muestran una mayor renuencia a pasar por la vicaría que el conjunto de los españoles. En todo el país se celebraron 88.560 bodas entre enero y junio de 2016, de las que un 22% (15.204) fueron católicas. Es un porcentaje ocho puntos superior al canario, pero aun así tres de cada cuatro españoles que deciden hoy casarse lo hacen por una ceremonia que tiene un carácter exclusivamente civil.

Este matrimonio civil, que ahora se impone en una amplia mayoría de los enlaces celebrados en España, ha tenido una existencia algo accidentada en la historia reciente del país. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, ni los enlaces civiles estuvieron totalmente prohibidos durante el franquismo ni el matrimonio católico era obligatorio en esa larga etapa. Eso sí, se dificultaba la celebración de los primeros con la exigencia de diferentes requisitos. Y además estaba el peso social, pues la vida pública entonces acusaba una importantísima influencia de la Iglesia, imbricada en los poderes del régimen hasta conformar lo que se ha dado en llamar el nacional-catolicismo.

Historia

Con la excepción del breve periodo comprendido entre 1870 y 1875, el matrimonio civil no fue legal en España hasta el advenimiento de la II República. Entre los años 1931 y 1939, en consonancia con la aconfesionalidad del Estado, se aprobó un sistema de matrimonio civil obligatorio, que regiría hasta finalizada la Guerra Civil.

Con la victoria del bando franquista y en un ramalazo de retroactividad, el régimen consideró nulos los matrimonios civiles que se habían celebrado durante el periodo republicano, de manera que sólo se admitirían aquellos que obedecieran a que los contrayentes fuesen de una religión distinta de la católica o hiciesen apostasía. Este último supuesto requería de una declaración bastante engorrosa. Con la aprobación de la Constitución de 1978 todo esto ya no fue necesario para optar por un matrimonio civil.

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