El nuevo director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, aseguró ayer que trabajará para acortar las listas de espera quirúrgica y diagnóstica, además de intentar mejorar la salud de los canarios. Así lo puso de manifiesto tras tomar posesión de su cargo durante un acto que estuvo presidido por el consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, José Manuel Baltar. Además de Domínguez, también juraron su cargo el secretario general del Servicio Canario de la Salud, Abraham Cárdenes, y el director de Recursos Económicos, Luis Márquez.

Por su parte, el director del SCS comentó que se está trabajando en varias líneas. "Una es más salud para que los canarios tengan más salud de la que tienen ahora e intentar acortar los plazos que hay para recibir asistencia sanitaria, tanto lista quirúrgica como lista de espera diagnóstica", señaló. Domínguez hizo especial hincapié en que pondrá su empeño en que todos los isleños tengan igualdad de acceso a los servicios sanitarios estén en la isla que estén.

El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, José Manuel Baltar, anunció además tras la toma de posesión del nuevo equipo que hablará con los diferentes equipos del área para decidir si es precisa la colaboración público-privada para reducir las listas de espera. "Nosotros llevamos un programa de trabajo con unos plazos. A día de hoy no hemos hablado todavía con nadie que tenga relación con los programas de colaboración público-privada", recalcó.

En declaraciones a los medios de comunicación, Baltar añadió que su departamento está centrado en hablar con sus propios equipos y en determinar sus capacidades. "Y una vez que estén claras nuestras capacidades", continuó, "decidiremos si realmente es preciso o no sacar niveles de concertación a la calle".

Respecto a la polémica suscitada, el responsable del área regional confía en demostrar a sus críticos, como Intersindical Canaria o la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias, que le han recibido con temor, que no supone un peligro para la sanidad pública de las Islas, como alegan.

Al ser preguntado por las suspicacias que ha generado su llegada en esos dos colectivos, que opinan que su nombramiento supone "poner al zorro al cuidado de las gallinas, ya que es vicepresidente de la patronal nacional de la sanidad privada, y de que implica "introducir en la sanidad pública un posible caballo de Troya de la sanidad privada", Baltar confía "acabar convenciéndoles de que se encuentran en un error". "Yo no soy ninguna amenaza para la salud pública. Todo el mundo debe manifestar lo que piensa al respecto e, insisto, espero poder convencerles de lo contrario", agregó.

Respecto al rechazo que genera en algunos agentes su procedencia de la sanidad privada, manifestó que "puede entender que suscite suspicacias en gente que no conozca su trayectoria profesional". "He sido gestor del entorno público durante 16 años y profesor asociado de la universidad muchos años, donde manifestaba mis ideas a muchas generaciones de alumnos. El que me conozca o haya asistido a esos entornos sabrá que los miedos que se tienen no son correctos. Espero poder demostrarlo con mi praxis profesional y mi trabajo diario", aseveró.

Respecto a su objetivo de reducir las listas de espera, estima que se puede conseguir con el presupuesto asignado para 2017 a la Consejería de Sanidad, que cuenta con un nuevo equipo directivo cuyo "éxito está garantizado por su valía profesional y su capacidad de trabajo". "Si no lo viese factible no hubiese asumido el cargo", manifestó.