El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa, Melania, que fue el foco de todas las miradas, pusieron el viernes el broche de oro a la fiesta de investidura al ritmo de la canción My Way, de Frank Sinatra, en un primer baile muy íntimo como inquilinos de la Casa Blanca.

La canción la escogieron pese a la oposición de la familia del intérprete. La hija del cantante y también artista, Nancy Sinatra, aprovechó su cuenta personal de Twitter para mandar un dardo al nuevo presidente: "Sólo recuerden la primera línea de la canción", escribió. "And now, the end is near" ("Y ahora, el fin está cerca").

La pareja fue recibida con aplausos y ovaciones por centenares de personas en el Centro de Convenciones de Washington, repleto de vestidos de noche, esmóquines y pajaritas. "No hay juegos, no jugamos a juegos, el trabajo comienza ahora", dijo Trump justo antes de comenzar el baile con su esposa, mientras decenas de personas se iban concentrando en las inmediaciones para protestar contra él. Melania pasó entonces a convertirse en la protagonista, con un vestido de color blanco de palabra de honor formado por seis capas, diseñado por ella misma y por Hervé Pierre, el exdirector creativo de Carolina Herrera.

El vestido sorprendió con una delgada cinta roja de falla en la cintura. También con una atrevida hendidura que dejaba ver las piernas de la primera dama. Unos detalles que, como es tradición, pasarán a ser contemplados como piezas de museo en los Archivos Nacionales de EE.UU, junto a las joyas y los zapatos. Allí están los de su antecesora, Michelle Obama. La primera dama saliente había escogido, para el baile inaugural del primer mandato de Barack Obama, un vestido blanco que mucha gente consideró similar al de un tradicional vestido de novia. Para el segundo mandato escogió un vestido rojo de gasa y terciopelo de Jason Wu que combinó con unos zapatos de Jimmy Choo.

En la mitad de la canción My Way entraron en el escenario el vicepresidente de EE.UU, Mike Pence, y su mujer, Karen, que lucía un vestido largo con vuelo de color azul. El vestido de Melania compitió en elegancia con el look de su hijastra Ivanka Trump. La hija del nuevo presidente de los Estados Unidos apostó por un diseño de Carolina Herrera en color champán. El vestido tenía un escote en V y contaba con mucho brillo, así como con unas mangas largas y transparentes.

Por su parte, vestido con una pajarita y un esmoquin, Donald Trump encabezó la comitiva hacia alas otras dos galas oficiales de la noche, un tradicional peregrinaje que desde 1809 sirve para presentar en sociedad a los nuevos inquilinos de la Casa Blanca y que se ha convertido en uno de los grandes eventos sociales para políticos de todo el país.

En el siguiente baile, en el mismo Centro de Convenciones, Trump fue más allá de los tradicionales saludos y preguntó directamente a la multitud sobre si debía mantener su cuenta en Twitter, red social que utiliza con ganas para lanzar mensajes sin filtro de los medios y que ya le han causado algún que otro accidente. "Es una forma de pasarme por alto a los deshonestos medios de comunicación, ¿verdad?", añadió Trump, quien criticó a la prensa por ser "dura" con él en el último baile oficial dedicado a las Fuerzas Armadas.