La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, aseguró ayer que no se encuentra en la agenda del Gobierno "modificar y mucho menos incrementar" el copago farmacéutico a los pensionistas, una explicación que no ha convencido a la oposición, que le ha exigido además que lo elimine.

Desde Ciudadanos, que no había pedido su comparecencia, le han recordado a la ministra, por su parte, que en el acuerdo de investidura su Gobierno se comprometió a "asegurar que el copago farmacéutico no sea una barrera en el acceso a los medicamentos", en especial "para familias monoparentales o con miembros en situación de dependencia".

Durante su intervención extraordinaria en la Comisión de Sanidad del Congreso, la tercera en la que hace referencia a este asunto en sede parlamentaria, Montserrat ha tratado de despejar, sin éxito, las dudas de los grupos insistiendo en que el Ejecutivo no tiene previsto hacer cambios en el copago.

Anteriormente, la ministra se mostró partidaria de "ajustar" el copago para los jubilados que cobran pensiones más altas, en el tramo que va de los 18.000 a los 100.000 euros, aunque después precisó que ello significaba "a lo mejor" bajarlo "a los que tienen menos". Hace casi dos semanas, intentó aclarar que no está en la agenda del Gobierno aumentarlo.

Ahora, ha reiterado que el Gobierno no tiene planeado "modificar y mucho menos incrementar" el copago, en la línea de lo que ya manifestó el pasado 24 de enero el presidente, Mariano Rajoy, que afirmó que no iba a haber cambios esta legislatura. Sus palabras no han convencido a la oposición, que le ha recriminado haber creado confusión y considera que es una oportunidad para eliminarlo.

El diputado del PSOE Jesús Fernández ha señalado que es una medida "injusta, innecesaria, ineficaz e improvisada" porque no ha resuelto el crecimiento del gasto farmacéutico ni el despilfarro de medicamentos y además se implantó sin dialogar con los profesionales del sector.

Impacto

A juicio de Fernández, el impacto del copago "ha sido muy importante" sobre los mayores de 65 años, que han incrementado su gasto en medicamentos desde 2012 en 90 euros, mientras que las pensiones han subido entre 15 y 21 euros.

Desde el grupo mixto, otro de los solicitantes de la comparecencia de Montserrat, Carles Campuzano, apostó por "repensar" el copago para que el sistema sea más equitativo para los pensionistas y los enfermos crónicos, y ha lamentado que se introdujera "en el peor momento de la crisis, castigando a los sectores más débiles".

Mientras, la diputada de Compromís Marta Sorli apuntó que este sistema implantado por decreto en 2012 es de "repago" porque ya existía un copago anterior. Según Sibina, de Podemos, el actual sistema "solo transfiere costes al usuario, mientras el gasto sigue subiendo", especialmente a los pensionistas. "Dijeron que 8 eurillos o cuatro cafés, pero los ciudadanos han tenido que soportar 8 eurillos de subida de luz, de pagos de dependencia y de otros cuidados", criticó.

Desde ERC, Francesc Eritja ha dicho sentirse "perplejo de la capacidad de liarse" de la ministra y ha deseado que la titular de Sanidad "solucione problemas existentes en lugar de crear nuevos", sugiriéndole que modifique el "modelo insostenible" a través de una reforma fiscal. Por su parte, Montserrat quiso dejar claro que el copago no es "una invención" del Gobierno del PP, sino que se implementó en 1967, aunque los grupos le han espetado que lo que sí hizo fue introducirlo para los pensionistas.

La ministra defendió un sistema "más justo y equitativo" y que permitió un ahorro de 6.621 millones de euros entre julio de 2012 y diciembre de 2016 en materia de prestación farmacéutica, favoreciendo la "sostenibilidad" del SNS, mucho más "proporcional" que los de los países del entorno.

No obstante, Montserrat insistió en la oportunidad para el diálogo que se ha abierto con esta legislatura y ha tendido la mano a la oposición para trabajar juntos por el sistema.