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Letras

"Manuel Padorno fue enemigo de sí mismo en gran parte de su vida"

"Era radical, pero tenía una visión muy clara de la insularidad, una parte importante de su escritura y pensamiento", asegura el filólogo, poeta, crítico, traductor y catedrático Jaime Siles

Jaime Siles, días atrás en la capital grancanaria. ANDRÉS CRUZ

¿Qué supone publicar la obra poética completa de Padorno?

Este proyecto, convertido ya en una realidad, como había ocurrido previamente con la publicación de la obra poética completa de Luis Feria, es parte de una voluntad de recoger las creaciones de los mejores poetas canarios de la generación del cincuenta, que son el ya nombrado Luis Feria, Padorno y Arturo Maccanti. Además esta edición tiene el mérito de haber sido hecha por un estudioso de la obra de Padorno, que hizo una tesis doctoral de mil páginas, en cuyo tribunal fui invitado a participar porque conocía su poesía. Cuando comprobé lo bien que estaba la tesis y supe que la familia de Padorno estaba recopilando toda su obra, consideré que lo más apropiado fuera que este investigador se encargara de la edición.

¿Padorno fue un poeta irregular?

Podíamos decir que fue enemigo de sí mismo en gran parte de su vida. Escribió dos libros muy buenos al comienzo de su carrera poética, recibió el premio Adonis con todo lo que ese galardón significaba y luego se abandonó a un ensimismamiento que le obligó a realizar una reflexión crítica muy interiorizada. Posteriormente se convierte en editor que publica a otros poetas de la generación del cincuenta, Valente, Ángel González, Fernando Quiñones, Lorenzo Gómez en lo que constituye una de las mejores colecciones de poesía publicadas en nuestro país. Entonces abandona Madrid y regresa a Las Palmas y en Punta Brava retoma su nunca perdida vocación insular, convierte ese espacio concreto en un mitologema y empieza de nuevo el gran poeta que se ve traducido en los libros que publica.

¿Qué le ha llamado la atención de su poesía?

Sobre todo el concepto del poema y la unidad orgánica. Para él los poemas son como cuadros, incluso tiene un determinado formato al que adapta su escritura y va tematizando una serie de motivos recurrentes que corresponden a una geografía no sólo física sino también emotiva y mental. Encontró que ese formato de poema era el que mejor se adaptaba a su modo de expresarse.

¿Qué opina de que muchos lo consideren un vulgar tránsfuga?

Era un radical, pero tenía una visión muy clara de su insularidad, lo cual es una parte muy importante de su escritura y pensamiento. De los aspectos extraliterarios y extrapoéticos no puedo hablar.

¿Qué aportará esta edición?

En primer lugar tiene muchos poemas inéditos, pero hay otro punto importante que afecta a todos los poetas y es el hecho de que una cosa es haber leído su obra según fue apareciendo y otra es leerla completa. La perspectiva panorámica aporta una visión de conjunto más completa que la fragmentaria. Hegel decía que solo es verdadero lo completo y las poesías completas nos hacen ver eso, la totalidad de una obra poética, por eso debe publicarse la obra poética completa. Alba editorial hizo muy bien publicando los diarios de Silvia Plat, una obra voluminosa, que no solo nos permite conocer a la poetisa sino también la relación con su obra. Aquí se recoge la totalidad de una obra en una edición bella y cuidada.

¿Por qué dejó esos poemas inéditos?

Porque fue un poeta muy crítico consigo mismo y los demás. Como consideraba que sus libros eran unidades orgánicas tenía poemas que pensaba que no encajaban en ellos.

¿Cree que él estaría de acuerdo con su publicación?

He dicho a varios amigos escritores en edad provecta que si no quieren que se publiquen determinadas obras que tienen guardadas que las destruyan. Hay una diferencia entre un soneto de Quevedo y la factura de su sastre, pero ambos documentos son buscados por el historiador y el filólogo que trata de arrojar luz en los renglones oscuros de su biografía.

¿Hubiese sido mejor dejarlos sin publicar como él hizo?

Si los amigos de Virgilio le hubiesen hecho caso cuando les pidió destruir la Eneida porque era un poema inacabado hubiesen causado una pérdida lamentable. El emperador Augusto la salvó porque necesitaba un texto que sirviera de formación del espíritu nacional, sin embargo Voltaire dijo que gracias a que salvó esa obra ha pasado a la historia como algo más que un dictador con las manos manchadas de sangre.

¿Cómo cree que se considera a Padorno?

No sé cómo se le apreciará en Canarias, pero como observador imparcial puedo decir que es muy importante en la generación del cincuenta, tanto a nivel nacional junto a Valente, Gil de Biedma, Barral y Quiñones, como a nivel canario con Luis Feria y Arturo Maccanti. Es cierto que ocupa un puesto muy claro en lo que se ha dado en llamar la otra generación del cincuenta.

¿Ha sido estudiado con la profundidad que se merecía?

Hay jóvenes críticos que han hecho estudios muy significativos acerca de la importancia de Padorno en su generación, pero siempre hace falta estudiar un autor en todas sus facetas, la visión de un escritor es muy amplia, lo que puedo decir es que su obra cada vez tiene más estudiosos y lectores, no sólo en las Islas, sino en la Península.

¿Qué es lo más destacable de su obra?

El que sus rasgos distintivos son la unidad y coherencia de su mundo, la conversión de la lengua coloquial en lenguaje poético y la poetización de un espacio concreto que convierte en un mitologema literario.

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