Canarias vivirá un fin de semana ideal. Las altas temperaturas y la escasez de nubes predominarán en los cielos isleños este sábado, 11 de marzo, con una temperatura que rozarán los 30 grados.

Además, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha quitado el aviso amarillo por polvo en suspensión que decretó este jueves. A pesar de ello, la calima seguirá presente durante la primera mitad del día y a partir de las primeras horas de la mañana irá remitiendo.

Este veranillo de marzo hará que las playas registren el primer lleno del año.

Ya para el domingo continuarán los cielos despejados, salvo intervalos en las zonas más bajas del norte de las islas de mayor relieve y una vuelta a la baja de las temperaturas, sobre todo, como apunta la Aemet de las máximas.

El viento cambiará de procedencia para rolar del nordeste, con intervalos fuertes a partir del mediodía. A partir del lunes regresará, pero aún de manera algo tímida, el invierno que toca, con intervalos nubosos primero, para a medida que transcurra el día irse cubriendo en las vertientes norte, con precipitaciones débiles y dispersas a últimas horas, si bien permanecerá despejado en las áreas del sur.

Bajarán también los termómetros, refrescados por un viento del nordeste que en general se espera que llegue con fuerte intensidad en los litorales noroeste y sureste, así como en medianías.

Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad de las nubes

La capital grancanaria desapareció a primeras horas de la mañana de este jueves bajo una espesa bruma que apenas superaba los 50 metros de altura, provocando la paralización de los trabajos en el puerto de La Luz durante media hora, y produciendo retrasos en los puestos de trabajo por la nula visibilidad que por momentos hacía imposible el tránsito rodado de manera segura en la avenida marítima de la capital.

El fenómeno, que fue retratado por decenas de internautas se produce por un mixturado de circunstancias, en las que se pelean dos capas de la atmósfera, la cargada de humedad y de más baja temperatura en las cotas inferiores, contra la enorme masa de aire caliente procedente de África, que además contienen partículas en suspensión. La primera, más densa y pesada, queda 'aplastada' por el gran volumen de aire caliente que permanece por encima, impidiendo el ascenso de la masa nubosa, hasta que la radiación solar de la mañana comienza a igualar la diferencia térmica de estos dos pisos, logrando abrir el tapón de nubes y recuperado la normalidad.

Esta situación que no es nueva en la capital grancanaria, aunque sí inusualmente baja en esta ocasión, es una de las imágenes recurrentes de la capital del emirato de Dubái, en el que con mucha mayor frecuencia la capa de nubes parte en dos sus rascacielos.