La doctora Patricia Henríquez, docente de Medicina Preventiva de la ULPGC, aseguró ayer que "ningún alimento o dieta puede prevenir el cáncer o evitar que se desarrolle". Henríquez ofreció en el Club LAPROVINCIA una ponencia acerca de los mitos de la alimentación y su relación con el cáncer. "La información es mal utilizada y crea mitos, inquietudes y falsas ideas, generalmente en beneficio de alguien que saca provecho económico", añadió la facultativa, quien dejó claro que "no se puede criminalizar ningún alimento, hay que tener una dieta variada".

Así, más que nombrar alimentos concretos, Henríquez señaló estilos de vida vinculados a la alimentación que sí pueden aumentar la posibilidad de desarrollar una de estas patologías: "La obesidad y el sedentarismo incrementan el riesgo de presentar un cáncer y, condicionan muchas más enfermedades". En el caso de la obesidad, se vincula al cáncer de páncreas, estómago y mama postmenopausia, entre otros. Frente a esta condición, la actividad físi- ca disminuye la posibilidad de sufrir patología de mama, colon y endometrio.

Henríquez dedicó el grueso de su didáctica ponencia a desgranar mitos de amplia circulación que vinculan la ingesta de determinados alimentos o nutrientes al riesgo y posibilidad de desarrollar cáncer. Dichos mitos o falsas leyendas acapararon en algún momento importantes titulares en los medios de comunicación e instalaron la sospecha o la duda en parte de la población, por lo que la ponente sintió la necesidad de clarificarlos.

Vídeo de la intervención de Patricia Henríquez

El mito de la carne

Uno de los más sonados data de octubre de 2015 y vinculaba el cáncer a la carne, o al menos a algunos tipos de carne. La doctora quiso contextualizar esta información y el estudio científico en el que se apoyaba. "Lo que crea preocupación es que el consumo de carne ha ido creciendo", comenzó refiriendo. Henríquez se refirió más en concreto a las carnes rojas y las carnes procesadas, aquellas en las que se centraba aquella denuncia.

En un contexto de sostenido aumento de ingesta de carne y, muy en especial, de estos dos tipos, el estudio científico ponía énfasis en lo que podía suponer un consumo desaforado. Henríquez proporcionó una fórmula para minimizar los riesgos: limitar el consumo de carnes rojas a 500 gramos a la semana y evitar aquellas otras carnes que se consumen procesadas.

En cuanto a las maneras de preparar estas carnes para su consumo, la conferenciante explicó que aquellas formas, como la parrilla, que suponen un severo aumento de temperatura, son más desaconsejables.

Otro de los mitos a los que aludió la facultativa es de más reciente implantación que el de la carne y se centra en líquidos, llegando a afirmar que la ingesta de bebidas calientes probablemente causa cáncer. La conferenciante subrayó la ambigüedad con la que los medios de comunicación pusieron en órbita esta información, con ese "probablemente" que apuntaba a una probabilidad antes que a una certeza.

En este caso, Henríquez también quiso contextualizar el estudio del que partieron unas informaciones que, si bien no alcanzaron la amplia circulación que lograron las de la carne, sí sembraron cierta alarma entre la población. "El estudio se centraba en el consumo de café, mate y otras bebidas muy calientes. Se realizó en países como Irán, donde se consumen con frecuencia por encima de los 70 grados". Así, la docente de la ULPGC explicó que las conclusiones que se extraen de ese estudio concreto "no quieren decir que no se pueda tomar té o café caliente".

Mucha más antigua, del final de los años setenta, es la leyenda que asegura que la sacarina y otros edulcorantes causan cáncer. Henríquez aseguró que esta vincu- lación está hoy plenamente descartado por la investigación científica, de forma que aquellos países o territorios que en su momento pudieron prohibir la venta de alguno de estos productos hoy han vuelto a dar luz verde a su comercialización.

En definitiva, la doctora recomendó cautela ante aquellas informaciones que establecen de forma taxativa vínculos entre determinados alimentos y la aparición de patologías cancerígenas. "Es difícil establecer evidencias con claridad. Hay dificultad para llegar a conclusiones claras", añadió Henríquez, que opta por un estilo de vida alejado del sedentarismo y la obesidad como una receta de éxito probada.