Tras un día veraniego en el que los isleños disfrutan de los más de 30 grados que registran los termómetros, la Agencia Estatal de Meteorología vuelve a activar el aviso amarillo en el archipiélago. En este caso, por vientos y fenómenos costeros. La Aemet prevé un viento fuerte del nordeste, que pueden alcanzar y superar los 80 kmh/h, preferentemente en medianías, en costas orientadas al noroeste y sudeste de las islas de mayor relieve, y en el litoral suroeste de La Palma.

En la jornada de este domingo predominarán los cielos despejados o pocos nubosos, excepto algunos intervalos de nubes bajas en el norte y nordeste de las islas de mayor relieve al final de la tarde.

Las altas temperaturas registradas en estos días comenzarán a disiparse a partir de este domingo, cuando se espera que los valores máximos comiencen a descender, refrescados por un viento fuerte del nordeste, que puede llegar con intervalos de muy fuerte, según advierte la predicción de la Aemet.

Para el lunes la previsión apunta, pero solo en el norte, cielos nubosos con poca probabilidad de lluvias débiles y dispersas por la tarde, y cielos despejados o poco nubosos en el resto, con unas temperaturas máximas que seguirán bajando.

La tendencia se repite para el martes, con cielos nubosos también en Lanzarote y Fuerteventura, que se irán abriendo a medida que transcurra el día, jornada en la que destacarán los vientos que pueden llegar a ser fuertes en medianías, así como en costas del noroeste y sudeste de Gran Canaria.

Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad de las nubes

La capital grancanaria desapareció a primeras horas de la mañana de este jueves bajo una espesa bruma que apenas superaba los 50 metros de altura, provocando la paralización de los trabajos en el puerto de La Luz durante media hora, y produciendo retrasos en los puestos de trabajo por la nula visibilidad que por momentos hacía imposible el tránsito rodado de manera segura en la avenida marítima de la capital.

El fenómeno, que fue retratado por decenas de internautas se produce por un mixturado de circunstancias, en las que se pelean dos capas de la atmósfera, la cargada de humedad y de más baja temperatura en las cotas inferiores, contra la enorme masa de aire caliente procedente de África, que además contienen partículas en suspensión. La primera, más densa y pesada, queda 'aplastada' por el gran volumen de aire caliente que permanece por encima, impidiendo el ascenso de la masa nubosa, hasta que la radiación solar de la mañana comienza a igualar la diferencia térmica de estos dos pisos, logrando abrir el tapón de nubes y recuperado la normalidad.

Esta situación que no es nueva en la capital grancanaria, aunque sí inusualmente baja en esta ocasión, es una de las imágenes recurrentes de la capital del emirato de Dubái, en el que con mucha mayor frecuencia la capa de nubes parte en dos sus rascacielos.