Un total de 225 ciudadanos de otras comunidades, extremeños en su mayoría, adquirieron en el Archipiélago la medicación prescrita en sus autonomías de residencia gracias a la implantación de la receta electrónica interoperable en julio de 2015, según informó ayer la coordinadora del proyecto en el Servicio Canario de la Salud, Ana López, antes de situar en un centenar de personas los pacientes canarios beneficiados por la iniciativa coordinada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
La mayoría de los residentes isleños retiró sus tratamientos médicos en Extremadura, ya que las dos autonomías se convirtieron en las primeras en intercambiar sus recetas electrónicas a mitad de 2015. No obstante, el primer medicamento retirado con una receta de otra comunidad se dispensó en Canarias, ya que la región extremeña tardó algún mes más en corregir su sistema como receptora de las órdenes médicas ajenas.
El saldo favorable a Extremadura se debe al mayor flujo de turistas de la comunidad peninsular hacia Canarias que a la inversa, una tónica que se reducirá sin invertirse con la próxima incorporación de otras autonomías por idéntico motivo. Castilla-La Mancha y Navarra, siguientes comunidades en sumarse al proyecto ministerial, no incorporaron la receta electrónica interoperable hasta un año después, mientras que Galicia y Comunidad Valenciana se adhirieron en este ejercicio, a principios de marzo.
Ensayo privado en Sevilla
Por otro lado, un proyecto piloto impulsado por los colegios médicos y farmacéuticos de Sevilla pretende implantar por primera vez en España la receta electrónica privada, según anunciaron ayer los presidentes de ambas entidades.
El sistema quiere ser interoperable en todas las comunidades autónomas desde su implantación en 2018 e identificaría a su beneficiario sólo con el DNI electrónico en lugar de con una tarjeta sanitaria específica. Según informó Efe, Sevilla fue también la primera provincia en la que el Servicio Andaluz de Salud ensayó la receta electrónica, que el sistema público andaluz implantó por primera vez en España en 2003.
