La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Investigación

Las Islas se blindan contra la amenaza de la ciguatera

La ULPGC toma parte en una investigación en toda la Macaronesia para localizar peces con la toxina que causa esta intoxicación

Las Islas se blindan contra la amenaza de la ciguatera

La ciguatera es una intoxicación que sobreviene al ingerir pescado portador de una determinada toxina. Su aún tímida presencia en Canarias es síntoma de la tropicalización de nuestras aguas, que van siendo colonizadas por una fauna antes inédita, atraída por el progresivo aumento de las temperaturas marinas. La localización de esta toxina en poblaciones de peces cercanas a la Macaronesia es el objetivo de un proyecto que involucra a la ULPGC junto a otros centros de esta área, con la vocación de cartografiar su presencia en las aguas que circundan los archipiélagos.

El veterinario Félix Acosta, profesor del área de Sanidad Animal de la universidad grancanaria, es uno de los investigadores convocados por este proyecto, denominado MIMAR. Describe cómo la peligrosa toxina se abre camino hasta llegar a grandes peces que son de consumo habitual por los humanos, pudiendo poner en riesgo su salud: "La ciguatera es una intoxicación alimentaria causada por peces que van acumulando toxinas durante tiempo. Esa toxina está en microalgas, dinoflagelados tóxicos, que son comidas por peces herbívoros, a su vez predados por otros más grandes. Así, las toxinas van subiendo en la cadena trófica hasta que llegan a su nivel mayor, el mero, el pedregal o el pejerrey. Se acumula en estos peces sin provocarles ningún tipo de daños, y pueden llegar a ser consumidas a través de ellos".

Estos dinoflagelados no eran propios de nuestras aguas, han arribado a ellas como consecuencia del aumento de las temperaturas marinas Pero además hay otros factores, que detalla Acosta. "Nosotros tenemos muchos barcos, muchas plataformas, que vienen desde zonas tropicales o subtropicales y que con ellos traen estas microalgas, macroalgas o peces que están apareciendo en nuestro ecosistema", señala.

La ciguatera, que se ceba con el sistema nervioso, puede llegar a ser letal, si bien la mortalidad que ocasiona apenas alcanza al 2% de los intoxicados, casi siempre personas que ya mostraban una especial vulnerabilidad por su avanzada o muy corta edad. ¿Qué síntomas afloran en aquéllos que resultan intoxicados? "Empiezan con náuseas y vómitos. Esos son los dos síntomas principales. Luego, dependiendo de la cantidad de toxina que se haya ingerido y del estado de la persona -que sea un anciano o que sea un niño- pueden surgir síntomas neurológicos, como tocar algo frío y sentirlo caliente o viceversa. También pueden aparecer problemas de movilidad en los brazos o en piernas", explica el investigador de la ULPGC.

La recuperación es lenta, asegura Acosta: "Los intoxicados se recuperan a largo plazo debido a que la toxina se acumula en las grasas. Así que cuando hay movilización de esas grasas debido a determinadas dietas o al consumo de alcohol, suelen aparecer unos rebrotes".

En Canarias el primer caso afloró en 2004. "Se detectó un primer brote de ciguatoxina, que fue identificado por la Unidad de Toxicología de la ULPGC", recuerda el veterinario, "fue el único brote que salió de un pescado comercializado de forma legal. A partir de ahí, la Consejería de Pesca del Gobierno canario puso en marcha un protocolo de actuación en el que se analizan los peces que salen al punto de primera venta, siempre que alcancen un cierto peso."

Ocho intoxicaciones

Y no ha ido mal con ese protocolo; desde 2008 sólo se han identificado otras cinco intoxicaciones. Acosta explica sus circunstancias: "Hemos asistido a repetición de brotes, si no cada año, sí cada cierto tiempo, asociado a la pesca recreativas. Personas que cogen un pescado y lo consumen. También se dan malas prácticas en algunos puntos de consumo de pescado, como restaurantes que compran fuera del circuito legal. Le puede comprar a un pescador con ocido y esos son los casos que han provocado problemas a día de hoy, no el pescado que consumimos a partir de nuestro sector primario". El veterinario garantiza la fiabilidad del pescado que se adquiera en los circuitos legales. "Está bastante controlado, el producto que se presenta al mercado está contrastado el 100% de las veces porque ha sido analizado en los laboratorios pertinentes", asegura, "se eliminan muchos peces que llegarían al consumidor si no fuera por los laboratorios".

La ciguatoxina no anida en todos los pescados. De hecho, el investigador centra las cautelas en tres especies y a partir de determinados pesos: el medregal a partir de 15 kilos, el mero a partir de 19 kilos y el pejerrey a partir de 19 kilos. Los otros no deben despertar suspicacia en consumidor.

Así, Acosta da unos sencillos consejos para minimizar cualquier posibilidad de intoxicación por ciguatona en Canarias. "Hay que estar tranquilos. A día de hoy si el pescado se compra a partir de mercados, supermercados o restaurantes que adquieran a cofradías o puntos de primera venta, va a estar analizado y no debería tener riesgo. En el caso de pescadores deportivos, si coge un pez de 30 kilos, lo ideal es devolverlo al agua. Si es de 6, 5 o 3, lo puede llevar a casa uy disfrutar de una buena comida", finaliza el veterinario, inmerso ya en el proyecto de investigación que elaborará un mapa con aquellos bancos de peces que tengan la toxina.

Compartir el artículo

stats