La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arquitectura

"Ojalá alguien abra el cajón y saque el proyecto del faro de Punta Aldea"

"Cada lugar debe analizar su potencial económico, qué sector genera mayores recursos", afirma Carme Pigem, arquitecta del estudio RCR

¿Por qué RCR Arquitectes proyectó un faro horizontal en Punta Aldea?

Viene de las características del lugar, con ese acantilado tan prominente? ¿Usted conoce Punta Aldea?

Sí. Hay gente que a esa serie de acantilados que se ve desde Agaete y cae desde Tamabada la conoce como La cola del dragón . ¿Lo sabía?

Sí, sí. Es un paisaje maravilloso. Bueno, con ese contexto optamos por un faro horizontal porque donde el concurso daba la cota, donde debía situarse la luz, pues daba lo mismo sacar una torre a media ladera que tender una mano desde la cima, que fue lo que decidimos hacer.

Leo que en su trabajo es primordial integrar la naturaleza. ¿Les marcó esa idea también en su proyecto de Punta Aldea?

Estuvimos más de una vez en Gran Canaria. Y esa idea fue la base del proyecto, desde el primer momento. Más que nada porque veíamos que una torre, subiendo de media ladera, cortaba mucho la fuerza del acantilado, emergiendo de la mitad. Era más natural tender una mano desde arriba.

Ese proyecto, al final, no salió adelante. ¿Por qué?

El proyecto formaba parte de un concurso nacional en el que se planteaban cuarenta faros por toda la costa española. Entonces, dependía del Área de Señales Materiales que, a su vez, dependía de Costas. Luego Costas pasó a Puertos y más tarde Puertos se convirtió en un ente del Estado. Tras todos esos cambios, cada proyecto pasó a depender de cada comunidad autónoma. Si no ha salido adelante es porque administrativamente ha sido un lío. Además, en este caso en particular, concretamente, resultó que el proyecto del camino para llegar al faro costaba más dinero que el propio faro. Entre una cosa y otra el proyecto se quedó en algún cajón. Debe estar en las Islas. Ojalá alguien vuelva a abrir ese cajón y lo saque.

En Canarias, a partir del boom turístico de los años 60 y 70, hay abierto un debate sobre cómo la construcción destruyó parte del paisaje de las Islas. Con sus principios por bandera, de integrar la naturaleza en su arquitectura, ¿cómo analizan esa polémica?

Esto siempre es un gran dilema? Lo importante, realmente, es hacer las cosas bien. En este caso, partimos de un primer dilema: cada lugar debe analizar su potencial económico, qué sector genera sus mayores recursos económicos. En el caso de Canarias, se escogió la vía terciaria, la turística. Yo no siempre estoy de acuerdo con ella, pero ese es otro nivel de discusión. Si se opta por ese camino, la clave es encarar cómo se hace. Y ese ya es otro nivel de discusión. Por encima de todo hay que destacar la importancia de hacer las cosas bien, porque eso, al final, siempre genera resultados distintos. Conviene preguntarse y pensarse bien las cosas, porque luego, si salen mal, es más difícil rehacerlas.

Canarias, al mismo tiempo, dio forma a la excepción: el Lan zarote ideado por César Manrique.

Ahí hay un ejemplo a seguir. La visión y la delicadeza de una persona por mantener el equilibrio ambiental de la Isla. En Lanzarote se reconoce, y se aprende, una forma de actuar que ofrece un resultado distinto. Lanzarote debe muchísimo a César Manrique.

¿Hasta qué punto influye el paisaje en los proyectos de RCR Arquitectes?

Influye muchísimo. Realmente es básico. Cuando haces una actuación la afrontas en un lugar concreto hay que explorar ese lugar para potenciar la maravilla que tiene. Lo que intentamos siempre es que nuestros proyectos se interrelacionen con el paisaje para que, luego, arquitectura y paisaje sean una sola unidad. El desafío es evitar que se diga "mira que paisaje tan bonito y eso que está ahí". El objetivo es que formen un solo, que sea un conjunto y que sea armónico, una sola pieza, que no te la puedas llevar a ningún lado.

¿Y la gente?

Las personas son la parte más importante. La arquitectura crea espacios para la vida de las personas. Tiene que provocar emociones, un ambiente que haga sentir bien a la gente. Es primordial.

Sus proyectos parten de acuarelas. ¿Influye eso en el resultado final? ¿Es como una marca de RCR Arquitectes?

Los proyectos se inician en papeles con dibujos realizados a mano, apuntes a lápiz, notas y acuarelas. Eso nos sirve para plasmar de una manera bastante fácil y sucinta conceptos y motores del proyecto, para entendernos entre nosotros y comunicarnos con los clientes. Así son nuestros procesos que llevan al resultado final, por lo tanto seguro que tienen influencia.

1 de marzo. Suena el teléfono y les comunican que han ganado el Premio Pritzker. ¿Qué se siente en ese momento?

Una emoción muy grande. Una satisfacción, sentido del honor y una responsabilidad muy grande. Estamos muy muy contentos.

Y a partir de ahora, ¿qué?

Ahora tenemos que ver cómo seguimos nuestro camino, como siempre hemos hecho.

Compartir el artículo

stats