¿Cómo se ha visto a España a través de los últimos siglos? La respuesta a esta pregunta ha originado el estudio de la imagen de nuestro país, más concretamente de su proyección en el exterior, desde una perspectiva histórica. Pero por mucho que la percepción que las diferentes naciones hayan desarrollado sobre nuestra realidad forme un sesgo temático dentro de la historiografía, para hacer honor a la verdad esta ha sido una materia analizada mayoritariamente recogiendo las diferentes opiniones que viajeros, escritores, políticos y periodistas occidentales expresaron acerca de la realidad histórica que hace mucho tiempo el geógrafo griego Estrabón llamó la piel de toro, con lo cual por mucho que nos haya interesado saber qué pensaba el resto del mundo de nosotros, los sentires y sentencias que han sido recogidas para comprobarlo pertenecían casi exclusivamente a intelectuales de naciones nuestro ámbito cultural, con lo que la imagen de nuestro país en Asia o África es un asunto que ha quedado limitado a campos del conocimiento tan especializados como la antropología, el orientalismo, el arabismo o la sinología.
Con el propósito de llenar este vacío, el historiador Víctor Morales Lezcano, profesor emérito de la UNED impartió la conferencia titulada De cómo el Oriente musulmán ha visto la España moderna en el salón Fernando Arencibia del Edificio Cultural Ponce de León. Después de ser presentado brevemente por Julio Caubín Hernández, presidente de Honor de la Fundación Mapfre Guanarteme, Morales Lezcano declaró que todo empezó hace muchos siglos cuando los primeros musulmanes divisaron la costa española desde el norte de África, pero por razones obvias tendría que ser más breve, tomando como punto de partida la España dieciochesca, para pasar a la centuria siguiente, en el momento en que estaba a punto de dejar de ser un imperio en el que no se ponía el Sol, para terminar en el siglo pasado.
Del mismo modo, aclaró que el término "Oriente musulmán" designaba al mismo tiempo al mal llamado mundo árabe y Turquía, que hasta el final de la Primera Guerra Mundial formaban una única entidad política que posteriormente se fraccionaría en multitud de estados.
Valiéndose de los escritos de viajeros pertinentes e impertinentes, que iban desde eruditos a diplomáticos, pasando por académicos o simplemente intelectuales, todos los textos que citó, recogidos en un libro de su autoría, pertenecían a autores que habían leído mucho y viajaban a una España que para ellos constituía los restos de Al-Ándalus, por lo que a pesar de ser de un origen cultural y religioso diferente, todos ellos veían un país que reconocían como familiar. Asimismo estos pasajes no formaban una miscelánea, porque pertenecían a un género literario clásico de la literatura en lengua árabe conocida como la rihla, que consiste en el relato de un viaje, y habían sido traducidos por arabistas españoles.
Estereotipos
Morales Lezcano abordó los principales elementos que constituyen nuestra imagen, sin ignorar estereotipos ni lugares comunes. Consecuentemente leyó textos que señalaban costumbres pintorescas, hábitos de vida, el covachuelismo intrínseco al espíritu hispano, la tendencia a la centrifugación, el tópico de "España es diferente", la polémica alrededor de la tauromaquia y las bellísimas huellas monumentales del pasado arábigo que remiten al mito de Al-Ándalus como paraíso perdido, éste último un tema recurrente en la literatura árabe, especialmente la egipcia. Del mismo modo analizó la pervivencia y transformación de estos elementos a través del tiempo o en función de la situación política del momento.
De este modo el público que llenaba el salón Fernando Arencibia pudo comprobar la imagen tan característica que España ha generado en su dilatada historia y ver a través de un viaje de tres siglos como la mirada del otro nos ha contemplado y estudiado continuamente, para evidenciar las incontables transformaciones que ha experimentado la imagen de nuestro país en esa zona del mundo a través de la mirada de sus pobladores.
En resumen, Víctor Morales Lezcano demostró en una lección magistral, que fue tan estimulante como entretenida, que unos pueblos que contemplamos a través de toda una serie de tópicos y prejuicios han tenido una imagen afectuosa de nosotros que nunca ha sido recíproca.
