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Solidaridad

Trump y los ecos del terror nazi

Enrique Morones vincula la política de amedrentamiento del presidente estadounidense con la de la Alemania de Hitler

"Trump causa un terror que ya se ha visto antes en la Alemania nazi". Enrique Morones, fundador de la organización Ángeles de la Frontera, que ayuda a los mexicanos que han cruzado o tratan de cruzar la frontera estadounidense, no dudó anoche al trazar el linaje histórico de las políticas de amedrentamiento del controvertido presidente del país norteamericano.

Morones, que ofreció en el Paraninfo de la ULPGC la ponencia Política y solidaridad ante los muros, advirtió del riesgo que supone mantener en la Casa Blanca a quien se está mostrando como un dirigente impulsivo e irreflexivo en extremo: "Trump es muy peligroso, pero creo que no va a durar más de dos años, lo van a quitar", aseguró, "porque puede causar la III Guerra Mundial cualquier mañana que esté enojado, con un tuit que diga algo sobre Corea del Norte o China". El mexicano cuestionó la idoneidad para presidir los Estados Unidos de alguien "que admitió que ha atacado sexualmente a mujeres".

El alma máter de Ángeles de la Frontera ofreció anoche una amena conferencia, en la que fue entrelazando vivencias personales con pinceladas que dan cuenta de las penosas circunstancias que sobrelleva el colectivo de sin papeles mexicanos en Estados Unidos, a los que se señala y criminaliza desde la nueva Administración. Ante la perplejidad que ha causado la elección del presidente Trump, advirtió al auditorio de que la extrema derecha también acecha agazapada para lograr el poder en otros lugares del mundo. "El o de noviembre fue un día muy triste, pero lo que pasó entonces en Estados Unidos puede pasar aquí o en Francia con el Frente Nacional. El movimiento de la extrema derecha está muy vivo. Estos movimientos empiezan como gotitas de agua y se convierten en un tsunami", aseguró.

Fronteras y territorios

"Nosotros no cruzamos la frontera, Estados Unidos se llevó parte de nuestro territorio. La frontera nos cruzó a nosotros". Morones quiso contextualizar históricamente el debate en torno a los inmigrantes mexicanos. Así, recordó que en épocas anteriores fueron otros los colectivos anatemizados bajo la excusa de un desbordado flujo migratorio: "Al recién llegado siempre le echan la culpa de todo y tiene que hacer los trabajos que no quieren hace los demás. Benjamin Franklin decía que había demasiados alemanes en Estados Unidos. Si hubiera tenido éxito con esa política, nunca hubiera llegado al país el abuelo de Trump".

El conferenciante lamentó que con demasiada frecuencia el colectivo inmigrante sea el objeto de las iras y frustraciones de los gobernantes del país de llegada. "Este presidente dijo que los mexicanos eran unos violadores. ¿Qué hay de malo en ser mexicano? ¿Qué hay de malo en ser musulmán, judío o cristiano?", se preguntó Morones, partidario de una convivencia respetuosa entre personas de distintos credos. "Las diferentes religiones predican amor a dios y amor al prójimo", añadió.

El controvertido muro con el que Trump planea tapiar la frontera sur de los Estados Unidos no es tanto una obra nueva como una de ampliación y reforma, porque un tercio del linde con México está ya amurallado desde hace 23 años, aunque esta circunstancia no sea bien conocida. "En 1994 EEUU construyó este muro, a pesar de que unos años antes su presidente Ronald Reagan le había dicho a Gorbachov que tirara el suyo abajo. De 3.000 kilómetros de frontera, 1.000 tienen muro", aclaró el ponente. Fue una solución letal para quienes intentan cruzar la frontera en busca de una vida mejor o de la ansiada reunión con sus familiares: "Antes morían una o dos personas al mes, desde que construyeron el muro mueren una o dos al día".

Morones también quiso combatir el mito, esgrimido por Trump, de que estas medidas de contención coadyuvan a la erradicación del terrorismo. "Los terroristas del 11-S no vinieron de fuera, estaban en los Estados Unidos. El muro no para el terrorismo, sólo causa muertos y terror. Yo respeto las fronteras de los países, pero el muro no es la solución", explicó.

En cualquier caso, el alzado de ese muro imprimió un importante cambio en las estrategias de quienes tratan de cruzar la frontera, obligándoles a trayectos que exponen mucho más su vida. "La gente empezó a cruzar la frontera alrededor del muro, a través del desierto y los cerros".

Dejar agua

La travesía desierto a través se cobra demasiadas víctimas por deshidratación. "El inmigrante que intenta llegar aquí desde África se puede morir por demasiada agua, allá mueren por falta de agua", contrastó Morones. Esta circunstancia llevó a su organización, que había sido fundada en 1986, a decidirse por llevar agua al desierto, un acto que se ha convertido ya en una liturgia solidaria: "Nosotros salimos al desierto a poner agua a cada rato. Antes venían 30 o 40 voluntarios, ahora vienen 400".

Otra de las labores importantes que realizan los Ángeles de la Frontera tiene como beneficiarios a los inmigrantes que buscan trabajo: "Vamos a verlos tres o cuatro veces al mes, a asegurarnos de que estén bien, que tengan comida suficiente, que reciban el dinero correspondiente por los trabajos que realicen". A estas personas también se les ofrece asesoría jurídica gratuita a cargo de abogados de inmigración que colaboran con el colectivo.

A modo de anécdota, el conferenciante explicó el origen televisivo del alado nombre de su organización. En 2001 fue entrevistado en Miami para el programa de televisión Sábado Gigante, de gran audiencia en la América hispanohablante y conducido por el chileno Don Francisco. El presentador fue quien lo bautizó como el ángel de la frontera, denominación que luego se extendió por sinécdoque a toda la organización. Ayer recordó que en el plató coincidió con las pizpiretas Ketchup, que entonces conquistaban medio mundo con su pegadizo éxito Aserejé.

"Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber". Morones citó estas palabras bíblicas como lema que inspira las acciones de una organización que no es religiosa, pero sí inspirada en la fe. "Todos somos de la misma raza, la raza humana", finalizó su ponencia, que se enmarca en la Campaña Noviolencia 2018.

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