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Entrevista

"Un adulto es alguien que piensa A, dice B y hace C"

"Los adolescentes son exploradores reprimidos que quieren descubrir el mundo por sí mismos", indica Jaume Fune, psicólogo, educador y periodista

Jaume Fune. P. M.

¿Qué es un adolescente?

En mi época no había adolescentes, solo podían serlo unos cuantos, porque la mayoría, a los 14 años, nos teníamos que poner a trabajar. Pero a partir de la década de los 80, es obligatorio ser adolescente, porque nos encontramos con personas que han acabado la escolarización obligatoria con 14 años pero no pueden acceder al mundo laboral hasta los 16. ¿Qué pueden hacer estos chavales que no tienen ningún encargo social? Pues dedicarse a ser adolescentes: intentar aclararse quién es uno, probar diversas identidades, dedicarse a explorar... Para mí, la mejor definición del adolescente es un explorador reprimido que quiere descubrir el mundo por sí mismo, al que no le vale la experiencia de sus mayores.

¿No estamos dando demasiada importancia a esta etapa vital, creando un problema que no existe? Muchos padres temen la entrada en la adolescencia de sus hijos cuando todavía no son más que bebés.

Sí, y ellos lo tienen claro y se aprovechan. Yo les he preguntado: ¿cuáles son las ventajas de la adolescencia? y me han contestado que todas. "Te pagan el móvil, no tienes que pagar facturas y si te pones un poco pesado, te lo consienten todo". Alguno añadía: "Si algún día estás de mala hostia solo tienes que decir que te tienen que comprender, que eres adolescente y ya está". Ellos saben que la adolescencia sirve para ser feliz, pasarlo bien... pero los adultos no tenemos claro para qué sirve la adolescencia.

A veces parece que los adultos les tenemos envidia y por eso somos más duros con ellos.

Sí, tenemos una rivalidad extraña y sobre todo, una gran desmemoria. En el fondo, cuando los ves con su cara de enamorados piensas: "quién pudiera". Pero lo que más molesta a los adultos es que los adolescentes les vayan moviendo la silla, les hagan preguntas impertinentes y les hagan ver que con la edad, lo que han hecho ha sido conformarse, rendirse. Yo siempre digo que un adulto es alguien que piensa A, dice B y hace C, y si tienes delante a un joven que te lo hace ver, pues molesta.

¿Padre-padre o padre-amigo?

Un padre no puede ser un amigo. Tiene que ser dos cosas básicamente: un adulto próximo en todos los aspectos, que se interese por toda su vida, no solo por sus problemas con la droga, el sexo o las notas; y una persona que transmita una lectura en positivo de la realidad del menor. Si el padre no puede asumir este papel, tendrá que ocuparse el tutor o el profesor, que podrá contextualizar mejor los problemas, ser más enrollado. Pero a veces los padres quieren apropiarse de sus hijos y no entienden que hay otros adultos que les pueden ayudar.

¿Se deben ignorar las rabietas adolescentes como se hace con los niños?

Los adolescentes son mayoritariamente felices, pero pasan por momentos de angustia en los que necesitan a un adulto, ya sea padre, tutor, familiar o cualquier otra figura responsable. No se les puede dejar solos. Eso sí, debe ser un adulto útil, que les acompañe en sus descubrimientos. No se trata de imponer normas todo el rato, de coartar sus pasos con advertencias y miedos.

¿Las redes sociales están tomando el papel de educadores que antes tenían los padres y los maestros?

Primero hay que aclarar que la anticuada afirmación de que en casa se educa y en la escuela se enseña y a la que ahora se ha añadido que las redes sociales son un peligro para la familia y la escuela no es cierta, no ha sido cierta nunca. Hoy en día se aprende en lugares múltiples, se educa en lugares múltiples y lo que deben garantizar los adultos del entorno del adolescente es que todo eso que se aprende en terrenos diversos llegue a asumirlo e integrarlo el chaval.

¿Entonces nunca habrá paz entre adultos y adolescentes?

El primer mecanismo de afirmación de un adolescente es enfrentarse al adulto, chocar y chocar, con el padre o con el educador. Yo ya aviso a estos últimos de que les pagan para eso, para aguantar esas confrontaciones naturales.

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