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Los suicidios causan el triple de muertes que los accidentes de tráfico en Canarias

El Colegio de Psicología considera que ante un problema tan grave y que afecta cada vez a más personas "hay que romper los tabúes, visibilizar el suicidio y normalizarlo"

Los suicidios causan el triple de muertes que los accidentes de tráfico en Canarias

En Canarias mueren casi tres veces más personas por suicidio que por accidentes de tráfico. El dato se extrae del último informe sobre defunciones del Instituto Nacional de Estadística, que indica que en 2015 en las Islas se suicidaron 190 personas por 64 que fallecieron en accidentes de tráfico. Los datos, que reflejan que los suicidios son con diferencia la primera causa de muerte no natural en Canarias por encima de accidentes, ahogamientos u homicidios, contrastan con una realidad en la que este problema no está sin embargo en los debates sociales ni en las propuestas políticas, salvo alguna excepción.

La problemática ha salido a la palestra en las últimas semanas en Tenerife tras los dos intentos de suicidio que se produjeron los pasados sábado 18 y lunes 20 de marzo, cuando dos hombres, sin tener uno que ver con el otro, amenazaron con quitarse la vida haciendo explotar bombonas de butano en Santa Cruz y Güímar respectivamente. El escaso periodo entre ambos sucesos hizo a buena parte de la sociedad canaria preguntarse si el segundo fue inspirado por el primero, y reabrió el debate sobre el efecto Werther o efecto llamada, que sugiere que si los medios de comunicación publican información sobre un acto suicida estos se repetirán.

El Colegio de Psicología de Santa Cruz de Tenerife (Copsc) considera que el efecto Werther se trata de "un mito". Virginia Sánchez Caamaño, vocal de Crisis, Emergencias y Desastres del Colegio, sostiene que "visibilizar el suicidio ayuda a normalizarlo". "Hay un tabú heredado de otras épocas que ha trascendido incluso a la política y el periodismo", añade.

Campaña contra el aislamiento

La experta entiende que hay que romper ese tabú, "pues una de las características del suicida es que se siente solo y si no se habla del suicidio se fomenta ese aislamiento". Añade que en otras muertes, como los accidentes, se considera a la víctima inocente, pero que "se criminaliza el suicida" y eso tampoco ayuda a la normalización.

Sánchez pide que se hable desde los medios y que "sea tan importante" como los accidentes o la violencia de género, que haya "campañas". Recalca, sin embargo, que es importante "no entrar en el método", que la noticia sea "un suicidio más", no que se ha suicidado de un modo u otro.

Es una actitud que desde distintos ámbitos se ha adoptado con alguna frecuencia. El senador tinerfeño del Partido Popular Antonio Alarcó ya presentó en 2013 una moción, a la postre aprobada, para potenciar políticas de detección y prevención del suicidio mediante la atención primaria y la concienciación sobre el problema, que a nivel nacional es la primera causa de muerte no natural desde 2008.

Sánchez considera que se debe dotar de herramientas a la sociedad y las familias para ayudar a las personas en esta situación, pues no se reacciona adecuadamente porque la gente "se considera impotente", creen que el suicida "se quiere morir y ya está", pero "lo que quiere es dejar de sufrir, y desde ahí se le puede ayudar". "Hay que romper el tabú y decriminalizar el suicidio. Decirle a la persona que aunque se sienta sola, no lo está", concluye.

Las causas más comunes del suicidio son, para la psicóloga, las económicas y sentimentales, aunque avisa de que "rara vez el suicida tiene una sola causa". También advierte de que se suelen achacar los suicidios a los desahucios, algo "equivocado", según Sánchez, quien explica que "el desahucio es la fase final de una época en la que se deterioran muchas áreas: la social, la económica, la sentimental..." y que, por tanto, suele ser solo "la gota que colma el vaso", aunque reconoce que "la incertidumbre que provoca el desahucio suele ser un factor clave".

La vocal del Copsc detalla que "siempre hay señales de alerta", que cuando alguien decide suicidarse "suele ir cerrando partes de su vida" o a reunirse con personas cercanas "a las que no dice nada, pero se reúne a modo de último contacto, de despedida". "También deja de salir", y a veces "comenta que se siente inútil o culpable, no como algo temporal, sino como algo que es".

Con respecto a los casos en los que el suicidio puede dañar a terceras personas, la psicóloga hace hincapié en que se debe a la "visión de túnel" del suicida. No lo hace por maldad o por venganza, sino porque "no se da cuenta", algo que, cuando desde el Colegio tienen ocasión de actuar, intentan hacer ver para que "al menos lo posponga y use un sistema con menos daños colaterales". Señala además que de esta manera "se les hace más caso" que si simplemente pidieran ayuda.

Uno de los datos que más llama la atención respecto al suicidio es que es tres veces más común en los hombres que en las mujeres. Durante 2015 se suicidaron en España 2.679 hombres por 923 mujeres y en Canarias, 142 por 48. Es un hecho que para Sánchez tiene una doble causa: por un lado, las mujeres suelen vincular- se más a sus hijos, "hacen de an-cla con la vida", mientras que los hombres se desvinculan más, además "del rol machista de que el hombre sigue llevando el dinero a casa, por lo que si se queda en paro tiene una sensación de vergüenza y de fracaso".

Por otro lado, las conductas autolíticas en los hombres son más agresivas, pues suelen usar métodos como tirarse por un puente, ahorcarse o dispararse, mientras que las mujeres "usan técnicas menos cruentas y dolorosas, que duran más, y dan más rango de tiempo para intervenir". El método suicida más común en las mujeres es la sobredosis de pastillas.

Otro de los datos más llamativos son los dos picos que hay en la cantidad de suicidios por edad. Uno, en torno a los 45 años, y que para Sánchez es multicausal, "un abanico con muchísimas variables". El otro pico, entre los 70 y los 80 años, que la psicóloga señala que tiene que ver "con el aislamiento y la poca perspectiva de vida, además de un estado depresivo común en esas edades". Añade asimismo que la sociedad "no ayuda, porque aparta a las personas mayores" física y socialmente.

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