"Don Antonio vivió su fe en comunión con la Iglesia". Y la Iglesia de Canarias, en su sede episcopal, despidió ayer con solemnidad a uno de sus hijos más ilustres "que se interesó por el pasado y presente de la Diócesis, para preparar el futuro", en palabras del deán del Cabildo de la Catedral de Santa Ana, Nicolás Monche, que ofició el funeral por Antonio de Bèthencourt Massieu, fallecido el pasado jueves, 30 de marzo, a los 97 años.

Con los canónigos José Lavandera y Julio Sánchez concelebrantes, agradecido el Cabildo a una personalidad que ha sido generosa con la Catedral y compartiendo el dolor por la pérdida de un hermano, "que siempre intentó transmitir la verdad". La ceremonia religiosa contó con la participación de familiares, amigos, discípulos, colegas académicos y empresariales, representantes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y del Cabildo, así como miembros de representativas familias de la Isla, que despidieron a una personalidad irrepetible: Hijo Predilecto de la capital grancanaria y premio Canarias al Acervo Histórico; y maestro de historiadores y universitarios a uno y otros lado del Atlántico.

Nicolás Monche, sin olvidar al eminente profesor, se extendió en la dimensión religiosa de "un creyente convencido", como Antonio de Bèthencourt, y añadió a su acción educadora dos desvelos vitales. Uno, dijo, su gran preocupación fue "buscar la verdad de la Historia Universal". Y otro, más cercano, pero también tan exigente, ha sido ver terminada la Catedral de Santa Ana. "El deseaba profundamente la tan esperada finalización de las obras y sentía que no se llevaran a cabo", señaló el sacerdote que aprovechó, en presencia de los máximos responsables culturales del Cabildo de Gran Canaria, para apuntar a los "intereses ajenos" que han hecho fracasar unas obras "que nos legaron nuestros antepasados", en referencia al ala norte.

"Nuestro hermano don Antonio fue un hombre libre, libre de prejuicios, de rencores inútiles", concluyó Monche, en medio del "dolor y de la pena", con la esperanza cristiana, y sin dejar de recordar los pregones del maestro en 1956 y 1974 ante la Virgen del Pino.