El filósofo y escritor Juan Ezequiel Morales aseguró ayer que en el contexto actual en el que se mueven los medios de comunicación "creer en la libertad de expresión es creer en la democracia pura. Un cuento, una buena idea, una poesía, una flor de primavera, en suma, una creencia gratuita". Ésta es una de las reflexiones que hizo Morales, colaborador habitual del suplemento Cultura de LA PROVINCIA, en la sesión inaugural de las jornadas Libertad de Prensa y Verdad celebrada en el Club LA PROVINCIA , y que hoy miércoles y mañana jueves se trasladan al Gabinete Literario con las intervenciones de Georgina Cisquella, y Juan Montero y Teodoro Mackuandji Upango Bondyale Oko.

Juan Ezequiel Morales, autor de libros como Apuntes sobre Filosofía Occidental (1991), El Yo y el Antiyó (2007) y Filosofía y Comercio y Ética del Humanero (2015), esbozó un análisis histórico para situar a la audiencia en la irrupción de Internet, hace ya tres décadas, y cómo la vorágine tecnológica ha puesto del revés el fenómeno comunicativo, y alterado los valores y pilares sobre los que se apoya el rol del comunicador, los medios, lo que se cuenta y de qué manera.

Con el título de Libertad de Presnsa y Ética vs. Tecnologías de la Información, Morales dejó claro que "la ética, llevada a la libertad de prensa, un subconjunto de la libertad de expresión, está dominada por la gigantesca maquinaria de la intercomunicación veloz e inmediata, en el tiempo y en el espacio, una maquinaria que hace treinta años nos ha fagocitado, y es la que da y quita libertades, en función de las fuerzas actuantes". Pese a que la libertad de expresión es un "derecho fundamental o humano", es un concepto que se prodiga de distinta manera en la Red por cuanto, y según Juan Ezequiel Morales, "la libertad de ideas mantiene su tensión con la censura estatal militar, religiosa, sexual, política, etcétera, los enemigos de la libertad".

"Empobrecimiento"

La universalización de las tecnologias de la información, el despegue digital y la irrupción de las redes sociales en la vida cotidiana, son elementos que a su juicio han cambiado notablem ente las reglas del juego. En su opinión, plataformas como Twitter o Instagram "reducen el ejercicio de la racionalidad y provocan un empobrecimiento de la información". Es más, en su opinión "140 caracteres -en clara alusión a Twitter- no están hechos para aportar información razonada".

En este nuevo contexto surgen términos como posverdad, "un concepto que ha surgido recientemente para calificar la perplejidad que produce cierta información, que contrastada con una verdad esperada, no coincide y lleva al contraste", sentenció Morales. Y advertió que "llega un nuevo momento en que la verdad se va a imponer, no a consensuar".

A su juicio, en la actualidad "el que las noticias transmitidas sean verdaderas o falsas es casi irrelevante, porque de lo que se trata es de la noticia que interesa a la élite, y esa noticia será la verdad, con independencia de la posible realidad objetiva". Abundando en este concepto de posverdad, Juan Ezequiel Morales precisó que "la posverdad no es lo contrario de la posmentira, es lo mismo".

El filósofo y escritor recordó ayer en el Club LA PROVINCIA que "la posverdad tecnológica comenzó con Joseph Goebbel y ahora en nuestro tiempo está adquiriendo tintes superindustriales". En este sentido, y de vuelta a nuestros días y en medio del frágil equilibrio entre información, ética y tecnología, "una vez que no hay verdad absoluta, sino verdad versátil", los medios de comunicación han mutado, como regla general, a fabricantes de una realidad que no siempre coincide con la percepción de esa otra realidad que construye el destinario.

"La realidad se fabrica y manipula a instancias del que transmite, por mor de la tecnología que hace llegar la noticia con tres características: velocidad instantánea, precisión personalizada, target universal", dijo. Y concluyó Morales parafraseando a los actores de la serie Expediente X porque "la verdad está allá afuera".