Dos voluntarios de la ONG África Directo han diseñado una prótesis médica con una impresora 3D que ha permitido a un joven de Uganda, Isaac, que nació con una malformación congénita en su mano izquierda, tener una con la que poder beber, coger cosas e incluso conducir.

Los dos voluntarios de esta ONG de ayuda al desarrollo, Santiago y Eduardo, descubrieron el potencial de la impresión 3D en el proyecto Enabling the future (Permitiendo el futuro), una web que facilita información para construir dispositivos de asistencia en esta tecnología para crear prótesis de manos y brazos.

Santiago y Eduardo, jóvenes españoles que viven en Madrid, han utilizado una impresora 3D, una Witbox 2 de la empresa de tecnología BQ, entidad que les ha asesorado en este proceso.

Tras descubrir el potencial de esta impresión, los dos voluntarios de África Directo decidieron crear prótesis para ayudar a niños ugandeses con discapacidades.

Su iniciativa ha permitido que un joven ugandés, Isaac, de 18 años, pueda coger cosas con la mano impresa en 3D, algo que nunca imaginó; incluso, ha empezado una formación profesional para ser mecánico.

Eduardo ha explicado que, después de elaborar tres o cuatro modelos, llegaron al que utiliza hoy Isaac: "Una maravilla de mano funcional donde la motricidad es completa; nos falta desarrollar un poco la motricidad fina, como escribir o usar un destornillador, pero en las prótesis de alto coste también resulta complicado. Precisamente en prótesis caras tampoco está tan conseguido".