Viajar o hacer desplazamientos en coche con niños es uno de los momentos en los que es frecuente encontrarnos, incluso en algunos casos como rutina, con fuertes rabietas. Tanto en el momento en que montamos a los niños adecuadamente en su SRI (sistema de retención infantil), como durante los trayectos, estas rabietas se convierten en un factor de riesgo en la seguridad vial. Pueden despistar al adulto y podemos sufrir o provocar accidentes circulando o incluso cuando estamos estacionados cerca de la calzada y montamos a los niños. Por eso saber gestionar estas rabietas y berrinches cobra aún mayor importancia.

Las rabietas las encontramos principalmente entre los 2 y 4 años. Suelen desesperar al adulto, quien suele emplear o bien el castigo o las recompensas. Se suele alternar entre un enfoque autoritario o muy permisivo, pero sin encontrar un punto intermedio para reconducir los estallidos de irritación y frustración característico en estas edades.

Solucionar estas situaciones de forma saludable y enriquecedora, motivando en el niño una mayor conexión con el adulto, inspirándole a colaborar más que a rebelarse, lo conseguiremos escuchando al niño y dándole tiempo al juego.

Digo esto porque el apego, es decir la fuerte conexión padres-hijos, va a ser clave para enseñarles de la manera más sana emocionalmente, a desarrollarse cognitiva, social, física y afectivamente. Sin castigos, ni premios. Sino con dedicación y amor.

Esta base es la que nos explica la Doctora en Psicología Aletha Solter, experta en apego y disciplina no punitiva, defensora de la educación consciente. Quien nos propone una serie de estrategias lúdicas para gestionar las rabietas y conflictos infantiles a través de juegos.

Os proponemos una serie de juegos muy sencillos que podéis enseñar a vuestros hijos en el momento en que se suele desencadenar las rabietas, para así obtener la colaboración de los niños, en este caso, en situaciones relacionadas con el coche y los desplazamientos.

  • Jugamos a un juego: vamos a salir de casa para montar al coche y podemos hacerlo jugando a un juego, será más divertido. Caminamos como un animal, ¿adivinas cuál es? un caballo que galopa, un jirafa con el cuello muy alto, pies de pingüino? ¡les encantará!
  • Utilizamos la música: En los trayectos podemos poner sus canciones favoritas, o si no tenemos CD´s, aún mejor, vamos cantando juntos. "En el auto de papa", "El auto bochinchero" como ejemplos.
  • Contamos una historia: Mientras les colocamos en el SRI y les abrochamos el arnés, podemos contarles una historia, cualquiera, una que no sepan, con cambios de entonación y con emoción. (Por ejemplo, la historia de la señora que tenía el pelo morado y un abrigo con botones de chocolate. Como siempre se los comía, nunca podía cerrarse el abrigo y muchas veces se constipaba)
  • Proponemos un reto: de camino al coche y hasta que arranquemos, hay que contar el mayor número de cosas rojas que veamos a nuestro alrededor. Según la edad puedes variar el color, o contar un determinado número en las matrículas, o cuántas personas te encuentras, etc.
  • Proponemos algo creativo: Nos podemos inventar un cuento entre ambos. O podemos inventarnos palabras muy raras y decir para qué sirven. O podemos describir personajes de aventuras inventados.

Estas son algunas ideas, pero vosotros podéis añadir; tantas como vuestra imaginación quiera. Lo importante es que ambos, de forma divertida, convirtáis una situación que antes era frustrante, agotadora e improductiva en un momento lúdico, de colaboración y escucha mutua. Puede ser una experiencia de tranquilidad muy enriquecedora. Y no solo para el momento del coche, estas estrategias lúdicas nos sirven para cualquier momento y situación, ya que son la base de una educación y crianza basada en el niño y su desarrollo.