El cuadro Retrato de una niña, atribuido a Diego Velázquez, se vendió ayer en subasta por ocho millones de euros, el precio de salida, a un comprador no identificado.

El Estado, que había comunicado a la sala de subastas Abalarte la "inexportabilidad" del cuadro en atención a su valor artístico, así como la de una escultura del siglo II que también salía a subasta ayer, decidió no ejercer su derecho de tanteo, según indicaron fuentes tanto del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte como de la sala. La pieza la adquirió "un coleccionista español", según Abalarte, que no ha querido facilitar más datos sobre la identidad del comprador.

Educación, Cultura y Deporte declaró en una orden ministerial, "expresamente", y "como medida cautelar", "inexportable" la obra, debido a que es un bien de "gran interés" para el patrimonio histórico español y a que, "a falta de unos estudios técnicos más completos, todo parece indicar que se trata de una obra atribuible a Velázquez". La pieza, que estaba en manos de la misma familia desde hace un siglo, aunque se desconoce su devenir en los trescientos años anteriores, según la sala, no había sido estudiada hasta ahora, por lo que sus propietarios desconocían su gran valor histórico-artístico y económico.

El cuadro que el experto en pintura antigua Richard de Willermin atribuye a Velázquez, pintado en 1617, es un retrato de una niña que mira al espectador con las manos en actitud de oración, vestida con una saya marrón, una blusa blanca de la que sobresale el cuello y un mantón verde enrollado en la cintura.