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Educación

El 'limbo' de las alumnas lactantes

Numerosas estudiantes acudieron o acuden con sus bebés a las aulas, pese al vacío legal y la ausencia de respuesta del Gobierno de Canarias al último caso

Beatriz Moreno.

Aitana Oliva y su bebé no son el primer ni el único caso de lactantes en las aulas canarias. Numerosas estudiantes acudieron o acuden a clase con sus hijos recién nacidos, pese al vacío legal y la ausencia de respuesta de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias sobre el veto del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Pérez Galdós de la capital grancanaria a la alumna del ciclo formativo superior a distancia de, paradójicamente, educación infantil.

Finalmente, la dirección del IES Pérez Galdós decidió, "de manera excepcional", eximir a principios de mayo a Aitana Oliva de la asistencia obligatoria a la clase semanal del ciclo, sin perder su derecho a presentarse a los exámenes, tras más de un mes sin respuesta del departamento autonómico dirigido por Soledad Monzón a la consulta planteada por el centro. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, además de máster en Agroecología, Desarrollo Rural y Agroturismo, aprovechó su situación de desempleo para reorientar su trayectoria profesional, se incorporó al curso el pasado noviembre tras el nacimiento de su hijo en junio y acudió los miércoles al aula con su bebé sin recibir ninguna queja del profesorado y del alumnado hasta finales de marzo, cuando las responsables del instituto comunicaron la imposibilidad de que continuara asistiendo con el nene.

Sin embargo, Aitana Oliva y su bebé tampoco son el primer caso de lactantes en las aulas del IES Pérez Galdós.

Precedente en el Pérez Galdós

Míriam Lorenzo, de 33 años y vecina de Santa Brígida, estudiaba el mismo ciclo que Aitana Oliva en el centro del capitalino paseo de Tomás Morales cuando nació su segunda hija a principios 2015.

"Hable solo con el profesor, no puso ningún problema, durante dos meses acudí con la niña a clase y los compañeros me trataron súper bien, nadie me dijo nada", recuerda Lorenzo, cuya bebé servía incluso de ejemplo en alguna sesión práctica. Por ello, "me resultó increíble el caso de Aitana y, sobre todo, me sorprende que la consejería no se pronuncie, me parece muy injusto que nadie diga nada, no sé a qué esperan, ¿a qué se olvide el asunto"?, se pregunta la también integradora social, profesión que ejerce eventualmente en un centro de salud mental, antes de calificar como "un parche" la solución excepcional de su antiguo centro.

Durante más tiempo, alrededor de un curso completo, asistió con su bebé Rita María Alejo, de 30 años y vecina de la capital grancanaria, al ciclo formativo superior de educación infantil a distancia en el IES Pablo Montesino. "Nunca pregunté nada, porque entendía que era lo normal, nadie hizo ninguna queja y no vi ni una mala cara; después pedí permiso para realizar las prácticas con ella y tampoco tuve ningún problema", rememora Rita Alejo, precisamente, a punto de inaugurar un centro de educación infantil en el barrio de Guanarteme.

Actualmente, Tais Galindo, teldense de 36 años, cursa el ciclo de infantil a distancia en el Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Telde-La Herradura tras el nacimiento de su hijo en febrero. "Pregunté en Educación y me dijeron que hablara con el centro, donde el director y los profesores no tienen ningún problema si el bebé no interrumpe el desarrollo normal de la clase, si molesta, sin problema, me levanto y me voy, ya está, pero algunos compañeros ni se dieron cuenta en meses porque me siento atrás y el niño parece que no esté", explica Tais Galindo antes de mostrar "coraje" por el caso de Aitana Oliva.

A su juicio, "el centro llevó el asunto por mal camino, debieron sentarse con ella y buscar entre todos un acuerdo, porque eximirla de la asistencia a clase me suena a que se quitaron el bulto de encima". La también integradora social busca "dejar un camino abierto" en la defensa del derecho de las mujeres a continuar con su formación durante la lactancia.

También acude actualmente a la clases de Enfermería en Fuerteventura con su recién nacido Beatriz Moreno, de 28 años y natural en Esplugues de Llobregat (Barcelona) pero vecina de La Oliva desde 2007, que antes de la matrícula ya anunció su intención al considerar "compatible" la maternidad con la educación porque "un bebé pequeño no molesta para nada. Quiero ser madre pero sin renunciar a los estudios o al trabajo, no quiero elegir", subraya la también monitora de lactancia y pequeña empresaria, con una tienda de puericultura y una escuela virtual de porteo, para evitar un mercado laboral "solo pensado para hombres".

No obstante, Moreno, madre de tres hijos, evita los lugares con riesgo para su bebé como los laboratorios de las asignaturas de bioquímica y anatomía hasta próximos cursos. En su opinión, "hay un limbo legal, no está contemplado y depende de la voluntad de los profesores y de los compañeros, me ha tocado la lotería con los míos".

El limbo no se limita a Canarias, sino que se extiende a otras autonomías como Andalucía, donde María del Carmen Narváez estudió Enfermería con su primera hija a lo largo de dos cursos con la "política de hechos consumados. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia a demanda durante seis meses y en España las bajas de maternidad son de seis semanas, no pueden decir que facilitan la conciliación, en otros países como Finlandia y Holanda hay guarderías en universidades y hospitales", argumenta Narváez, de 41 años, nacida en Cádiz pero afincada Tegueste (Tenerife) los últimos dos años después de residir otros seis en Gran Canaria y convertirse aquí en una de las primeras integrantes de la Asociación Canaria de Crianza Natural (Azaral). A la búsqueda de empleo tras graduarse como matrona, María del Carmen Narváez alaba la lucha de Aitana Oliva: "Hagamos uso de nuestros derechos para empoderarnos y que no nos pisoteen". Estudian, trabajan y amamantan.

Aitana Oliva reclama un encuentro a Educación

  • "Es una vergüenza que nadie se digne a decir nada en mes y medio, aunque sea ´estamos trabajando en ello´ y todavía no tengan una resolución", lamenta Aitana Oliva, la alumna de educación infantil vetada en el IES Pérez Galdós a finales de marzo, ante la ausencia de respuesta de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias. Por ello, la estudiante, finalmente eximida por la dirección del centro de la asistencia obligatoria a la clase semanal, solicitó la pasada semana una reunión con el responsable de Educación en Las Palmas, todavía sin fecha. En opinión de la matrona María del Carmen Narváez, la solución excepcional para Aitana Oliva supone "una alegría a medias, porque el 80% del aprendizaje se adquiere en clase escuchando y practicando y el 20% restante, estudiando, es un pasito más pero quedan muchos".

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