La belleza de Gran Canaria, de sus paisajes y sus rincones, continúa viva. Un grupo de miembros del club de Francófonos de Gran Canaria, con Valérie Deweirder, de Nature Canariensis, como guía, pateó el pasado domingo uno de los itinerarios de la ruta de Miguel Unamuno en la Isla. Recorrió los siete kilómetros del sendero que parte desde la Cruz de Tejeda hasta Artenara, el pueblo más alto de Gran Canaria, con una altitud de 1.270 metros. Estos senderistas pudieron ver, como muy probablemente hizo en su visita a la Isla el escritor, filósofo e intelectual que fue mandado al destierro a Fuerteventura en 1924, lugares bellos bajo la vigilancia del Roque Nublo y el Roque Bentayga, como la Degollada de las Palomas y las Cuevas de Caballero. Además de admirar la flora y la fauna, en Artenara no faltaron las visitas al Mirador de Unamuno y a la Casa Cueva Museo. En esta última, el guía explicó detalladamente cada una de las habitaciones, como la que mostraba cómo era la vida de una familia humilde, o la de los indianos, o la de la alfarería y la trasquilada.