Es una estampa conocida, que se repite cada año con la proximidad de las vacaciones estivales. Queremos quemar kilos a la velocidad de la luz y estamos dispuestos a realizar los sacrificios que sean necesarios. De pronto todo se puebla de dietas. Algunas nos prometen bajar de peso a toda pastilla. ¿Cuáles son estas dietas milagro? ¿Son efectivas? ¿Son saludables?
La doctora en Nutrición y Salud Pública Cristina Ruano, miembro del Grupo de Investigación en Nutrición de la ULPGC analiza algunas de las denominadas "trending diets" o dietas de moda, siguiendo la denominación que adopta un estudio de la Organización Mundial de la Salud.
Una de estas propuestas de moda es la dieta paleolítica o paleodieta, que propone "comer como se comía en el paleolítico, carne, fruta y verdura". Pretende reaccionar así contra el consu- mo excesivo de hidratos de car-bono. Ruano lamenta que en este empeño, "se eliminen bastan-tes alimentos interesantes, como las legumbres".
Un grupo importante son las llamadas dietas hiperproteicas, como la Atkins o la Ducan. "Quitan los hidratos de carbono, aumentan las proteínas y bajan mucho las calorías. En un primer momento pierdes peso, porque son muy restrictivas, pero no va a ser posible que mantengas eso en tu vida. Cuando vuelvas a la alimentación normal sufrirás un efecto rebote", explica la investigadora de la ULPGC.
Este es uno de los puntos clave en la argumentación de Ruano, hay que buscar una modalidad dietética que sea sostenible: "El fracaso es elegir una dieta que no vas a poder llevar. Se trata de empezar con calma, de ir haciéndolo poco a poco. Una vez que te quedes en un buen peso, te estabilizas, no esas bajadas y subidas tan grandes. Son cambios radicales para luego volver a coger los kilos, van hacia delante y hacia atrás. Así no va a ser eficiente. Pierdes cinco kilos con una dieta superrestrictiva y luego los vuelves a coger con el efecto yoyó. Es mejor tomarlo con más calma y ser consumidores conscientes, mirar etiquetas y consumir alimentos lo más naturales posible".
Además, advierte del riesgo de las dietas que aumentan mucho las proteínas a expensas de los hidratos de carbono. "Eso no es tan eficiente para nuestro organismo y puede generar problemas renales, aunque este es un teme controvertido. Las proteínas suponen entre un 12% y un 15% y todos las tenemos cubiertas. Pero si las aumentas mucho porque no tomas hidratos de carbono puede haber problemas".
Otras muy de moda son las denominadas dietas detox, a menudo acompañadas de zumos y batidos. "Nuestro sistema inmunitario es capaz de neutralizar los radicales libres hasta un cierto punto", indica Ruano, "si ayudamos con una dieta rica en frutas y verduras, mejor, pero no tenemos necesidad de desintoxicarnos con semanas de purificación. Basta con tomar fruta y verdura de forma normal".
También están las dietas sin gluten, "que están siendo adoptadas por personas que no son celiacos porque hay una moda. No tiene sentido si no tienes alergia al gluten. Un estudio de Harvard relaciona esta dieta con un aumento de riesgo de diabetes, pero es un trabajo de carácter observacional que habrá que completar con más estudios.
Toda esta baraja de dietas, en la que se mezclan opciones viables con otras que no recomiendan los especialistas, muchas veces no logran sino confundir y desinformar a quien de buena fe quiere bajar peso y se acerca a ellas. "Hay tanta información asequible en G oogle, donde puede aparecer la dieta de una famosa sin que haya un control ni nada. Si lo que pretendo es bajar tres o cuatro kilos, hay que tener paciencia, constancia en el tiempo, acompañarlo de ejercicio físico... no estas operaciones bikini", señala la investigadora de la ULPGC.
Ruano insiste en que "no se trata de hacer una dieta restrictiva para luego volver a comer como antes. Eso no va a ser sostenible, va a generar frustración, no sirve para nada".
En cuanto a los alimentos que consumimos, cree que la educación nutricional es fundamental, "tener más información para saber lo que estamos comiendo y lo que no". Ruano aporta algunos consejos, como "intentar que todo sea lo más natural posible: pescado, fruta., legumbres..."También eliminar las bebidas azucaradas o reducirlas a un consumo ocasional. También la bollería industrial y los alimentos precocinados.
Por contra, recomienda los cereales integrales: "Tienen fibra y minerales en la cáscara que al refinarlos se pierden. Además, los refinados tienen un índice glucémico alto, que en los integrales es más moderado." Consejos para tener una buena línea sin necesidad de recurrir a dieta extrema que puede causarnos más mal que bien.
