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Entrevista

"Algunos países llevan mal que España sea líder mundial en trasplantes"

"A los donantes vivos hay que garantizarles que no se vean perjudicados laboral o económicamente", afirma Beatriz Dominguez-Gil

Beatriz Domínguez-Gil en una terraza de la sede de la Organización Nacional de Trasplantes, en Madrid. LP / DLP

¿Da vértigo ponerse a los mandos de lo que es una de las joyas de la sanidad española?

Es una enorme responsabilidad, pero al mismo tiempo sé que cuento con la colaboración de todo el equipo de la ONT, de los coordinadores de trasplantes de las comunidades autónomas y de los hospitales, y de los equipos de trasplantes. Tengo la tranquilidad de estar en un equipo que ha trazado unas líneas de trabajo muy claras que nos han conducido al liderazgo mundial, y sé que cuento con una muy buena herramienta para afrontar este reto.

Siempre se dice que el trasplante es una actividad de equipo.

Y es muy cierto. En cada trasplante participan más de cien personas perfectamente coordinadas y a menudo situadas en lugares distantes entre sí.

¿Cuántas horas de dedicación exige este cargo?

Las 24 horas del día. Y una tiene que asumir que aunque esté de vacaciones siempre surgen asuntos que requieren atención inmediata.

¿Es mucha responsabilidad relevar a Matesanz?

Efectivamente, pero Rafael Matesanz ha sido para mí un referente y va a seguir siéndolo. Tendré que ir configurando mi propio estilo, y unas veces acertaré y otras me equivocaré, pero sé que contaré con el asesoramiento del doctor Matesanz siempre que lo necesite.

Matesanz había pedido que su sustituto fuera alguien de dentro de la ONT.

Es lógico. Para alguien de fuera resulta difícil hacerse cargo del funcionamiento de una estructura tan compleja como es la ONT. Por supuesto, podría lograrlo, pero le costaría. También lo ha visto así la ministra de Sanidad, que ha considera fundamental la continuidad.

¿Qué le ha pedido la ministra?

Que lo haga perfectamente (risas), como se han hecho las cosas hasta ahora.

¿Es posible mejorar?

Es difícil, pero existe un cierto margen de mejora. El desafío es llegar a 50 donantes de órganos anuales por cada millón de habitantes, y superar los 5.000 trasplantes al año. Incluso aunque no aumentara la cifra de donaciones, entendemos que sí podría aumentar la de trasplantes gracias a un mejor aprovechamiento de los órganos.

¿Objetivos prioritarios, además de los cuantitativos?

Impulsar las extracciones de órganos a pacientes en situación de parada cardiaca. Y también garantizar que en los trasplantes de órganos de donante vivo, esos donantes no se vean perjudicados desde el punto de vista laboral o económico.

¿Se ven perjudicados?

Las asociaciones de pacientes reclaman más facilidades para estas personas, que requieren chequeos previos y posteriores, que se someten al proceso de extracción... Cada años hay entre 350 y 400 personas vivas que donan un órgano.

¿Sale muy cara la ONT?

No. El coste de la estructura organizativa es aproximadamente un cinco por ciento del coste total. Es una cifra ridícula. Para valorar la rentabilidad del sistema basta tener en cuenta lo que los trasplantes ahorran en tratamientos de diálisis a enfermos renales.

¿Percibe envidias en el extranjero por el éxito de los trasplantes en España?

Sí, en Europa y en el mundo se vive mal que España sea líder en este campo. Especialmente en algunos países, que consideran que su superioridad económica debería reflejarse también en el ámbito de la donación y los trasplantes.

Usted tiene tres hijas. Va a tener que conciliar mucho...

Sí pero siempre ha sido así, porque me he dedicado a tareas de cooperación internacional dentro de la ONT, y he tenido que viajar con frecuencia.

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