El protagonista de esta historia se llama Nick, tiene seis años y es un perro de raza pastor belga Malinois que sirve en la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Los Rodeos. Su mérito, ser el can que permitió la localización de las siete víctimas mortales tras el derrumbe de un edificio en Los Cristianos en abril del pasado año.

Con su trabajo, después de tres días buscando, prácticamente sin descansar, ahorró probablemente más de una vida del personal de los servicios de emergencias y mitigó la espera de los seres queridos de los fallecidos, que vieron como en un tiempo récord para este tipo de catástrofes sus cuerpos sin vida eran recuperados.

Nick sirve junto al cabo guía Germán Pérez Lorenzo, con el que lleva desde el año 2014, después de un curso de reciclaje. Anteriormente se dedicaba a la búsqueda de personas vivas, pero después de pasar por la Escuela Cinológica de la Defensa (Ecidef), en Madrid, tiene una nueva tarea, hallar cadáveres.

Nick visitó la opinión de tenerife junto con su guía, Germán Pérez, y el brigada Miguel Mallorquín, quienes explicaron la educación y la preparación que ha recibido este pastor belga, completamente ajeno al ajetreo de la redacción a pesar de que él era el protagonista.

"Yo lo fui a buscar a Madrid, a la Escuela Cinológica, después de su aprendizaje. Entre él y yo se ha creado un vínculo muy especial. Solo quiere estar conmigo. Es un perro muy activo, nada sedentario", contó el cabo Pérez Lorenzo.

De hecho, durante la entrevista Nick apenas se separó de su guía, todo el tiempo pendiente del mismo, siguiéndolo con su mirada, como si esperase una orden del mismo para ponerse a trabajar.

El brigada Miguel Mallorquín, con una amplia experiencia en tareas cinológicas, añadió que "suelen ser perros muy serios y con mucho sentido. Lo que buscan es el cariño de su guía, fundamentalmente, y la manera que tienen de demostrarlo es haciendo bien el trabajo para el que han sido preparados".

Por este motivo, Nick fue galardonado doblemente. La primera de las recompensas la recibió del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. Fue el premio al Bienestar Animal 2016. El segundo de los galardones correspondió al que convoca anualmente la Ecidef al mejor perro de trabajo en las Fuerzas Armadas. Nick compitió con otro medio centenar de perros de las diferentes unidades de la Guardia Civil, Guardia Real, Infantería de Marina, Ejército del Aire, Policía Nacional y la propia escuela que presentó uno. Sin embargo, Nick se llevó el palmarés. Demostró con su labor en Los Cristianos que se trata del mejor perro para este tipo de trabajos. Una parte de este mérito también corresponde a su guía y al jefe de la unidad de rescate de la UME de Los Rodeos.

"Para trabajar con un perro hay que querer a los animales. Es muy sacrificado, sobre todo para el personal que tiene un perro a su cargo. Tiene que estar pendiente de su alimentación, si enferma tiene que subir hasta el cuartel para darle la medicación. En una palabra, cuando el perro sufre, también sufre el guía", comentó el brigada Mallorquín.

Estos militares llevaron a cabo una demostración de las habilidades de Nick en la redacciónde la opinión que no defraudó. "Al perro le ponemos un trozo de cerdo, que es la carne más parecida a la humana, y tiene que buscarla. Cuando llega a donde se supone que está la persona desaparecida, una serie de ladridos indican que está delante del objetivo, por el que recibirá su premio". Nick cumplió ampliamente con lo que se esperaba del mismo. Olfateó toda la redacción, no dejó hueco ni mesa que no peinó.

Nada más llegar al lugar, el perro mostró su nerviosismo. Movimiento con la cola y echarse al suelo tratando de sacar el trozo. De pronto se incorporó y comenzó a ladrar sin dejar de mirar a su guía, como tratando de decirle "está ahí, no te he fallado, dame la presa". En ese instante una caricia y las palabras de su guía alabando su comportamiento hacen que el perro muestre su agradecimiento.