Todos en parejas, abuelos y nietas, hijas y madres, amigos, así hasta un total de 200 fotografías en las que 400 herreños de El Pinar se dispersan por Chueca en un ejercicio de tolerancia y atrevimiento. La idea del artista Alexis W ha sido rendir un homenaje a la fiesta LGTBI con el apoyo incondicional de estos vecinos de la isla del Meridiano, que se prestaron a formar parte de esta exposición dispersa por el barrio más trasgresor de Madrid.

Y así en cualquier esquina, en medio de la publicidad más provocativa, desde una ventana de la calle Pelayo, en el vagón del metro aparecen ellos, una pareja de herreños que se muestra sin mirar. Tal vez sólo quieren estar, formar parte de este paisaje urbano, dar su apoyo a un movimiento que ha ganado adeptos con tiempo y paciencia. Por eso cierran los ojos, bajan la mirada y posan para que sean otros los que se queden mirando estas curiosas imágenes de unos vecinos tan alejados, geográficamente hablando, y sin embargo tan cerca, tan solidarios con esta celebración del arcoíris. Esta vez son los herreños los que despiertan el interés, la gente que pasea, que se divierte, que se pierde se pregunta quiénes son esos, de dónde proceden esas personas tranquilas, sosegadas que salpican los recovecos de esta parte de Madrid sin estridencias, sólo posando, como esas visitas silenciosas, bien educadas, que cuando llegan a alguna casa se sientan en el sillón de la entrada, y esperan, sin decir nada, como si no quisieran molestar.

La idea de llevar hasta el corazón de la Fiesta del Orgullo a estos vecinos de El Pinar se le ocurrió al artista canario Alexis W, un habitual de esta cita, en la que siempre aportaba su punto de vista, sus fotografías. Durante 14 años este creador herreño fue el responsable de abrir los balcones y desde su Ventana indiscreta aportó una de las propuestas artísticas más curiosas y llamativas de la fiesta LGTBI. Sólo había que recorrer las calles del barrio y detenerse en la calle Pelayo, un lugar especial para él, donde vivió unos años y además regentó uno de los bares.

La Ventana Indiscreta fue un proyecto fotográfico que nació en 2003 "sin pretensiones y totalmente auto gestionado". La propuesta consistió en engalanar con sus cajas de luz los balcones de la calle Pelayo, y dentro de esos recuadros aparecía una de sus fotografías, de esta forma Alexis W pretendía contribuir a la regeneración del barrio y además participaba en las fiestas del Orgullo Gay en Madrid.

El artista herreño señala que con esta propuesta cultural en realidad lo que ha pretendido es "generar un gran retrato de la sociedad española, comencé con amigos, gente del barrio. Esto se fue ampliado hasta hacerse universal". Y así por esta Ventana Indiscreta, esos retratos que colgaban de los balcones de su calle han pasado "transeúntes, vecinos de Chueca, los recién llegados y los de toda la vida, payasos solidarios, mascotas, boxeadores...", una larga lista de personajes que pueblan la realidad.

Una vez que deja Madrid y regresa a su isla aparece en su cabeza una propuesta distinta, innovadora, un viaje de ida y vuelta que lleva a conectar a El Pinar, una población herreña de unos 1.000 habitantes con un barrio de Madrid en el que estos días puede acoger a millones de personas. Y así como una contribución personal a las jornadas de las fiestas del orgullo, Alexis W se plantea este viaje de ida y vuelta. Llevar hasta Chueca a 400 de sus vecinos y traerse al Pinar a aquellos inquilinos de este barrio de Madrid.

El fotógrafo canario entiende que al ver esos retratos pegados en la pared, "algunos pudieran llegar a pensar que se trataba de castellanos, andaluces, africanos, alemanes€ lo que no ponían en duda al verlos en Madrid, tan integrados a sus calles, es que se trataba de un muestrario de vecinos de la ciudad". Para Alexis, lo importante de esta muestra, de ida y vuelta, es que al final el que mira, el espectador se reconozca en el otro, da igual su aspecto, su condición, su lugar de nacimiento, "tenemos que hablar de una experiencia correctora que nos permita vernos como gente: ¿No somos los mismos?: Aquí y allá, allá y aquí; los que sobran son los que discriminan, censuran, marginan".

Y en la segunda parte de este proyecto, la que sucede en la isla del Meridiano, el artista ha decidido llevarse hasta la sala El Mentidero, y sus alrededores, la presencia de distintos retratos de vecinos de Chueca destaca el homenaje que le rinde a Pedro Zerolo. De hecho una fotografía del político canario y gran defensor del colectivo LGTBI, en la que aparece junto a su marido, ilustra el poster que anuncia esta muestra.

También aquí en el pueblo de El Pinar llama la atención la puesta en escena. Esta vez mirando al paisaje desde una plaza, desde lo alto de una pared, aparecen las parejas de vecinos de Chueca. La mayoría ha preferido posar con los ojos abiertos, tal vez mirando el entorno, la luz tenue de esta parte de la isla del Meridiano, y así, de una manera casual conviven durante unos días estos vecinos con los otros, con esta minúscula población, tan pequeña y tan grande, que como dice Alexis W, "El Hierro es una isla en la que caben tres continentes". Para el artista canario con este viaje de ida vuelta, "lo que pretendemos al conectar ambos eventos es crear un camino de derechos que incluye tanto al centro como a todos los territorios de la periferia".

En medio de la diversidad, de la paleta de colores brillantes que estos días ilumina aún más el barrio de Chueca en Madrid aparecen ellos: 400 herreños del pueblo de El Pinar que se suman a esta fiesta del Orgullo y la tolerancia por una sociedad más abierta. Y allá, en la tierra más alejada, otros vecinos aprenden a ver el paisaje silencioso desde las ventadas indiscretas que se abren estos días en El Hierro.

Como un recuerdo de la ciudad, un respiro en medio de tantos mensajes de compra-venta o de asfixiante cartelería, los 200 retratos de estos canarios se hacen parte del paisaje urbano de Madrid. Conecta de manera simbólica el artista Alexis W dos eventos de enorme trascendencia, cada uno en su contexto, como son las fiestas del Orgullo LGTBI de Madrid y El Pinar: "Sin banderas, ni logotipos que condicionen la relación; no es que nos parezcamos, somos los mismos y nuestras circunstancias"