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Vanidades

La metamorfosis de un canario

El joven Carlos Díaz participa en los campeonatos de fisicoculturismo y 'fitness' Jóvenes Promesas y la Copa de Canarias tras meses de entreno

La metamorfosis de un canario CARSTEN W. LAURITSEN

La historia de amor de Carlos Díaz con el fisicoculturismo y fitness está escrita a base de esfuerzo y tesón. El deportista tinerfeño se preparó intensamente para debutar en el Campeonato de Jóvenes Promesas celebrado recientemente en Arafo, así como en la Copa de Canarias de la especialidad, competición celebrada en Los Cristianos. Un quinto y un sexto puesto coronan el estreno de Díaz en este tipo de concursos.

"Nunca fui muy deportista de niño, pero siempre me gustó tener un buen físico", confiesa Carlos, que explica su recorrido hasta llegar a Los Cristianos. "A los 17 años me apunté a un gimnasio, el Silueta, y empecé a entrenar poco a poco. Como tengo una buena genética enseguida cogí un buen cuerpo y fue el propio monitor el que me dijo que me veía con condiciones para competir. Eso fue hace unos seis años, pero eso quedó ahí. Era joven y no tenía tampoco los recursos económicos que hacen falta para los entrenamientos, dieta, tasas, etc".

El gran cambio llegó con la estabilidad laboral y todo se produjo con fluidez, un paso detrás de otro. "Ahora llevo un tiempo trabajando, con un contrato fijo, y esa estabilidad me permitió dedicar tiempo para prepararme. Un poco después de carnavales, me decidí, porque la verdad es que siempre había tenido el gusanillo de competir y eso que nunca había ido a un certamen sino que los había visto por las redes sociales. Mi entrenador se presentaba y eso me animó. Me dije que también quería hacerlo yo".

Fuerza mental

Pero una cosa es querer y otra bien distinta es poder. En este punto es donde entran en juego variables novedosas para Carlos Díaz. "El entrenamiento mental resulta importantísimo porque tienes que mentalizarte de que van a pasar unos meses en los que no vas a comer lo que quieres, que tienes que pesar toda la comida, entrenando muchas más horas al día de lo que estás acostumbrado...", explica. Y va más allá todavía cuando afirma que "pasa de ser un hobbie a una obligación y eso conlleva mucho sacrificio. Cuando te comprometes, sabes que hay en juego dinero y sacrificio".

El proceso se hace cada vez más duro, pero se afronta con una mezcla de amor propio e ilusión. Díaz señala que para llegar al Jóvenes Promesas "de una hora diaria pasas a entrenar dos horas y en las últimas semanas entrenas hasta tres horas".

Su rutina durante las últimas semanas de preparación de los concursos ha pasado por comenzar cada día con "una hora de cardio por las mañanas; luego lo completaba con una hora de musculación por las noches; y, finalmente, hacía lo mismo con una hora más de cardio al acabar la musculación".

Sin duda, una de las personas que más han influído en su decisión de trabajar el cuerpo y llegar al nivel de competición es Manuel Galbán. "Trabajo en el Gimnasio Manu Fit y prácticamente vivo allí. Fue Manuel Galbán el que creyó en mí desde el primer día y el que me ha impulsado y facilitado las cosas para que pudiera estar en el campeonato".

Carlos Díaz, que participa dentro de la categoría Men's physique -cuerpos más equilibrados que voluminosos- revela que uno de sus secretos y también de sus rivales es, sin duda, la dieta. "Fue quizá la parte más dura, porque siempre he comido lo que he querido. Iba con mis tupper a todos lados, a reuniones familiares, cuando salía con mi novia..."

Admite que durante este tiempo "eres un poco esclavo de la dieta y de la báscula porque tienes que pesar cada alimento". Sin embargo, "todo ese sacrificio merece la pena, al menos es lo que pienso", puntualiza Carlos Díaz. "Todo entra por los ojos y, aunque el físico no es lo más importante, es lo primero que vemos y lo que evalúan los jueces", manifiesta, para luego confesar que si él hubiese tenido que puntuarse en las dos competiciones que participó "a lo mejor mejoraba un puesto, pero he de reconocer que puntuaron muy bien".

Y en todo este recorrido vital, Carlos Díaz no puede dejar de nombrar a su madre: "Es mi fan número uno. Siempre me ha apoyado y gracias a ella he podido cumplir mi sueño".

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