"Pablo era por encima de todo un gran orador, y un gran lector, una persona muy interesante y muy especial, como todos los buenos artistas. Me he reído tanto con él". Así recordaban ayer a Pablo Bucareli, un icono del ocio nocturno de la Isla, que falleció el pasado viernes, 14 de julio, tras sufrir una grave complicación médica.

Sus restos mortales fueron incinerados ayer en el tanatorio San Miguel de la capital grancanaria, en un acto al que acudieron numerosos amigos y allegados que quisieron brindarle su último adiós. "A pesar de la tristeza que nos ha dejado su marcha, queremos despedirle con alegría, porque así era él, una persona inmensamente alegre".

Muchos de sus amigos de juventud, que lo conocieron desde que llegó a Canarias en la década de los 60, recuerdan la impronta que dejó en sus vidas "con su grandeza como personal, y su agudeza intelectual". Rosi Curbelo, Ángel Luis Aldai, Miguel Rivero, Pepe Luis Cabrera o Berto Herrera, son algunos de los nombres que integraban ese grupo de incondicionales que se "comieron el mundo" entre los años 60 y 70 a su lado.

"Cuando Pablo Bucareli llegó a Gran Canaria hace cinco décadas, era como un adonis, parecía un actor de la época, muy guapo. En esa época se enamoró de Rosi Dávila, la primera mujer con la que estuvo muchos años", recuerdan. "No sólo era guapísimo, también divertido y ocurrente, una persona genial".

Este grupo de amigos, a los que entonces se les conocía como "los vogue" porque "íbamos siempre a la última en moda" se reunían en los 70 en la zona del reloj, junto al Meliá en la playa de Las Canteras, "todos vestidos de forma impecable, porque éramos unos modernos de verdad, de actitud. El espíritu del grupo era el de Pablo, muy cómplices todos, muy amigos, viajábamos a Londres, Amsterdam..., fue una época de glamour, maravillosa y fue un lujo vivirla con él".

Una de las cosas que más se repiten entre sus allegados es el elevado número de personas que le conocían y apreciaban. "Es increíble la cantidad de gente que nos paraba por la calle para preguntar por su estado de salud, y es que él conocía a todo el mundo, gente de Tafira, de Ciudad Jardín, de la zona de la Cícer en Guanarteme..., se paraba y hablaba con todo el mundo. Si algo lo caracterizaba era su tremenda generosidad con sus amigos, era muy de detalles".

También destacan su punto mexicano, vitalista y colorista. "No soportaba ver a sus amigas vestidas de negro, decía que el color se inventó para dar vida, y uno de sus preferidos era el rojo". Le recuerdan también en su faceta como lector, "siempre rodeado de buenos libros" y escritor. "Quizás por eso era un artista contando historias".

Nacido en México, de padres exiliados por la guerra civil, Bucareli llegó a la isla en los años 60 cuando empezaba a emerger el sector turístico, y se convirtió en un referente de la vida social. Como director de la discoteca Tan Tan, puso a Canarias en la vanguardia del ocio nocturno, tanto a nivel nacional como europeo, y convirtió a la capital grancanaria en una ciudad cosmopolita. La sala, ubicada en la céntrica calle capitalina Pi y Margall, frente al restaurante Acuario, reunía los nombres más significativos del panorama social de la época, en torno a una oferta musical vanguardista.

Movida

"Fueron unas noches divinas, cenábamos en el Acuario y luego nos íbamos al Tan Tan, el centro de la movida. Antes de que apareciera Almodóvar y la movida madrileña, nosotros ya disfrutábamos de todo eso en Las Palmas gracias a Pablo", apuntaban ayer.

Entre las personas más cercanas a Bucareli en la última etapa de su vida, se encuentra Sonsoles Artigas, a quien consideraba como su musa. Ella lo define, sin poder reprimir las lágrimas, como "un ser único, excepcional, extravagante, divertido, genial, inteligente, sarcástico, era un personaje en si mismo".

La suya fue una amistad de 30 años, que ya estaba escrita incluso antes de que Sonsoles Artigas naciera. "Pablo conoció a mis padres por separado primero, y después de novios, y luego me conoció a mi. Siempre fui su niña, la niña que no tuvo, lo conozco desde que nací", indicó, aunque fue a partir de su elección como Miss España en 1987, cuando más se estrecharon los lazos entre ambos, "me convertí en una especie de musa para él, pero era una pasión mutua", subrayó la empresaria.

De Bucareli lo primero que recuerda es "el placer de escuchar sus historias". Asegura al respecto que "era un libro abierto, fascinante, estábamos noches enteras hablando. Recuerdo que me rompí una pierna hace como cinco o seis veranos, y estaba amargada con un yeso, pero él venía todas las noches a contarme historias", afirmó. "Me embelesaba con la palabra, y algunas veces se inventaba las cosas. Era muy divertido, además de un experto en cultura general, en la vida. Su universidad fue la calle, viajó mucho, vivió la guerra...".

Coincide Sonsoles Artigas en señalar su pasión por "los colorines" y la belleza. "Le gustaban muchos los zapatos, y todas las cosas que fueran bonitas, diferentes, porque él era, bueno es, una persona diferente".

La empresaria quiere hablar de Bucareli en presente, "porque si algo tengo claro es que nunca se va a ir, siempre estará aquí, con todos los que le queremos, que son muchos, muchísimos diría yo. Incluso muchos más de los que él pensaba. Al final de sus días, cuando iba a visitarlo al hospital, se lo decía, que me llamaban hasta de Cuba y de México, para preguntarme por él, también a través del facebook y me paraban por la calle para saber cómo se encontraba. Estuve con él hasta el último minuto y él siempre estará conmigo", afirmó.

Artigas anunció que su grupo de amigos más allegados, entre los que contabiliza cerca de 40, están preparándole un homenaje que, probablemente, se celebrará a finales del presente mes de julio, en el Gabinete Literario. "Entre todos le queremos hacer una fiesta bonita, porque a Pablo no le gustaba los funerales. Lo haremos en el Gabinete Literario, con buena música, porque le encantaba, tanto la música clásica, la ópera..., y todo lo que es arte, porque tenía un gusto exquisito".

Desde que se conoció la noticia de su muerte, las redes sociales se llenaron de muestras de pesar por la desaparición del querido relaciones públicas, además de periodista, decorador e interiorista.

Cientos de mensajes apuntan a su carácter "generoso, buena persona y amigo". "Vamos a echar de menos sus paliques", coinciden muchos, sobre este hombre que "supo disfrutar de la vida". Entre los que tuvieron la fortuna de trabajar con él lo retratan como una "bellísima persona, alegre, dinámico, gran profesional como decorador, relaciones públicas, presentador y animador de eventos y fiestas, gran compañero de trabajo...". Y en medio del dolor, un deseo que evoca su esencia, "que te reciba un coro de ángeles y mariachis".