El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº6 de Las Palmas ha condenado al Servicio Canario de la Salud a indemnizar con 40.000 euros a una paciente por las complicaciones de salud que ha sufrido por el retraso en el diagnóstico de un infarto de miocardio.

La asociación el Defensor del Paciente informa de que la paciente acudió en octubre de 2012 a un centro de salud en el municipio de Adeje, en Tenerife, al sufrir un dolor precordial que le irradiaba en la espalda, cuello y brazo izquierdo y con la sospecha de que se trataba de un infarto.

Según el relato de la mujer, en el centro de salud se le practicaron diversas pruebas y se le administraron varios medicamentos y aunque solicitó ser derivada a un cardiólogo, fue enviada a su domicilio con el diagnóstico de un cuadro de ansiedad.

La nota del Defensor del Paciente indica que la mujer pidió las pruebas médicas realizadas por si las precisaba para una consulta posterior pero, según agrega el comunicado, el personal de enfermería le dijo que no las tenía y que el médico se había ido ya.

Añade la asociación que en todo este tiempo no se realizó otro electrocardiograma para contrastar los resultados obtenidos en el primero que se realizó.

La sentencia dictada por el juzgado de lo contencioso administrativo indica que todo parece indicar que el infarto comenzó el mismo día en el que la mujer fue al centro de salud aunque se enmascaró por la medicación administrada.

La mujer, según el Defensor del Paciente, actualmente padece una insuficiencia cardiaca, al haber soportado una intensa y grave evolución de su enfermedad, "derivada del retraso injustificado en el diagnóstico y el tratamiento terapéutico de su afección cardiaca, la cual no fue detectada en un momento precoz".