Antes de cerrar sus puertas por vacaciones, la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha estado acogiendo a unos estudiantes a los que todavía no les corresponde andar entre sus aulas. Son ocho chicas que durante doce días se han dado cita en la explanada del edificio coronada por la coloquialmente llamada Máquina China. Se han diferenciado de los pocos universitarios que deambulaban por la Facultad por las camisetas naranjas que han llevado impresas con el enunciado IV Campus Científico y la Tecnología. Todavía les quedan tres o cuatro años para decidir si eligen algunos de los grados que imparte Ingeniería en lugar de Biomedicina o Física y Astronomía, las carreras que tenían en mente antes de la experiencia que acaban de vivir. Todas tienen algo en común: provienen de institutos de educación secundaria, les faltan uno o dos años para pasar al bachillerato, han sacado unas notas excelentes en el último curso, entre sietes y nueves; han elaborado una redacción sobre un científico y a todas les han escrito su primera carta de recomendación. Estos, y el pago de una matrícula de 50 euros, son los requisitos que han pasado para tener la oportunidad de visualizar un poco su futuro.
Ellas son el reflejo de los cien estudiantes de 3º y 4º de la ESO que forman parte de la cuarta edición del Campus Científico y Tecnológico de Canarias 2017, financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y patrocinado por empresas como DISA. Todos estos chicos han decidido seguir aprendiendo dos semanas más antes de comenzar sus vacaciones en ateneos de estudio muy diferentes a los que están acostumbrados: la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que ha recibido a 50 estudiantes, y la Universidad de La Laguna, al resto de participantes. Los preuniversitarios son repartidos entre los cinco ejes de la modalidad Proyectos I+D: Ciencia y Tecnología, Energía, Biodiversidad y Medioambiente, Biomedicina y Salud, Ciencia y Sociedad, y Arte y Humanidades. El resultado de este esfuerzo extra concluye en proyectos finales que han presentado durante la clausura del campus, celebrada ayer simultáneamente en las dos universidades canarias, ante sus representantes, profesores, investigadores y directivos de la Fundación DISA y la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información.
Las ocho jóvenes con camisetas naranjas han sido dos de los grupos que han expuesto sus trabajos, que corresponden al eje Ciencias y Sociedad, a cargo del profesor y director científico Jorge Yepes. El investigador ha contado con un equipo formado por dos profesoras y tres monitores de apoyo que han coordinado cada uno de los estudios: Cándida García, del departamento de Ingeniería Civil ha dirigido Construir ciudades sostenibles, con la ayuda de Jorge Aguilar; y Bárbara del Castillo, el proyecto App's cartográficas: elaborar mapas para uso turístico, junto a Francisco Guedes y David González.
Las estudiantes, repartidas en dos grupos, han realizado durante dos semanas visitas a infraestructuras y talleres científicos, recibido formación en idiomas, aplicaciones TIC y divulgación de la ciencia, y experimentado con nuevos materiales resistentes y biodegradables, dirigidos a crear ciudades sostenibles, o con planes interactivos en 3D.
Paula, Maybritt, Celia y Areli han sido las cuatro aprendices del grupo de investigación sostenible y Gara, Aroa, Ana y Lucía, las que han descubierto el desarrollo de aplicaciones a través del grupo cartográfico. Ellas y 92 chicos más son la futura sabia de las universidades canarias.
