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Entrevista a José Ramón Vallespin

"La crisis de los refugiados nos ha cambiado hasta el diseño de los barcos"

"La piratería moderna no se aleja mucho de la antigua", afirma el comandante naval de Alicante

José Ramón Vallespín. JOSÉ NAVARRO

¿La Fuerza de Acción Marítima (FAM) qué significa?

Está especializada en lo que se conoce de forma genérica como misiones de seguridad marítima, entendiéndose éstas como aquellas que tienen como objetivo proteger los intereses marítimos nacionales y controlar los espacios marítimos de soberanía, de jurisdicción y de derechos soberanos en las zonas declaradas de interés nacional. Se formó hace algo más de 13 años, en 2004, como consecuencia de la desaparición de los mandos de carácter territorial, las antiguas Zonas Marítimas.

¿Han cambiado mucho las misiones navales desde la crisis de los refugiados?

Ha supuesto un cambio radi-cal de la concepción del empleo de la fuerza. Hasta entonces, la capacidad de combatir y de operar en escenarios de alta intensidad era casi de forma exclusiva el único rol que se daba a nuestra unidades, y el único en el que se adiestraban. Ahora, los nuevos buques de la Armada se diseñan y construyen teniendo en cuenta un perfil de misión de ayuda humanitaria. Los buques de mayor tamaño son los mejor dotados para colaborar en este tipo de misiones, ya que disponen de mayor capacidad de alojamiento, embarcaciones menores y anfibias para transportes hasta y desde tierra, de medios, de mejores sistemas de mando y control y de modernas y más capaces instalaciones para apoyo sanitario. Por eso son normalmente estos buques los que mejor optimizan todos los recursos en las misiones de ayuda humanitaria.

¿Se ha acabado ya con la piratería en el Mediterráneo y en el Índico?

La piratería marítima sigue constituyendo una amenaza que afecta la sociedad internacional, cuyo bienestar depende en gran medida de la llegada de mercancías por vía marítima (90 por ciento), y no se puede permitir que para evitar determinadas zonas peligrosas se aumenten los tiempos invertidos en los tránsitos, se multiplique el consumo de combustible o los seguros de los buques, repercutiendo en el valor de las mercancías, o simplemente, no se pueda alcanzar determinados terminales de carga de productos energéticos por la inseguridad en la zona.

¿Como en las películas?

La piratería moderna no se aleja mucho de aquella imagen del pasado que nos muestran las películas de piratas. El objetivo si-gue siendo la captura de un botín y los medios para conseguirlo: la violencia y la sorpresa. Lo que ha cambiado realmente es el botín que se persigue. Ahora ya no es tanto el oro o la carga que llevaba el barco en sus bodegas, sino el pago de un rescate por la liberación del buque con su carga y sus tripulantes. Las tácticas han evolucionado en consonancia con los medios actuales, pero en el fondo los ataques piratas siguen basándose en el factor sorpresa como clave del éxito y en la vio-lencia a bordo como elemento intimidatorio para reducir a las tripulaciones.

¿Sigue siendo una amenaza?

Aunque en el Cuerno de África se ha reducido en los últimos años, la amenaza de la piratería sigue muy latente en diversas regiones del planeta, especialmente asociada a zonas con países en vías de desarrollo que no disfrutan de estructuras de seguridad consolidadas para hacerle frente, evitarla o perseguirla judicialmente.

¿Están organizados?

La aparición de organizacio-nes criminales da lugar a la aparición de piratas y a las conexiones de éstos con redes de crimen organizado, creándose un círculo vicioso que solo se puede erradicar mediante el compromiso y determinación de organizaciones de defensa para hacerlo o mediante alianzas de cooperación internacionales. En aguas del Mediterráneo no se ha llegado a producir en los últimos decenios actividad pirata como tal, teniendo en cuenta que la piratería propiamente dicha solo es la que se ejerce en aguas internacionales. En aguas territoriales es, sencillamente, un crimen.

En un tiempo ser militar en España era símbolo casi de aristocracia. ¿Cómo están ahora las vocaciones?

La vocación militar es un producto natural de la nación y tiene los altibajos naturales que responden a las vicisitudes de ésta. Y puede decirse que esos altibajos de la vocación militar española han sido, en los últimos tiempos, relativamente menores. Hoy día hay una suficiente vocación para satisfacer las necesidades de reclutamiento y retención de personal de las Fuerzas Armadas españolas, lo cual no quita para que éstas hagan esfuerzos por acrecentarla en lo posible. Además, hay que señalar que en España, sea cual sea la percepción general, la profesión militar es más popular que aristocrática.

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