Hubo Despacito por partida doble con Luis Fonsi en su regreso a la Isla: tras el primer cambio de vestimenta que realizó en el ecuador del concierto, y al final como último bis hacia una audiencia entregada. El puertorriqueño rebosa de éxito y anoche ofreció un espectáculo contundente y renovado en el anexo al Estadio de Gran Canaria en Siete Palmas con mayor diversidad estilística. Por un lado, el artista ya no da tanta prioridad al aspecto coreográfico como en otras ocasiones ya que es él quien ocupa casi todo el protagonismo escénico. Y, por el otro, sus nuevas canciones, que aparecerán en un disco a finales de año, muestran un interés mayor por el funk que confirma su incursión por los nuevos ritmos.

Alrededor de cuatro mil personas, entre las que destacaban muchas veinteañeras, acudieron al evento. Muchas de ellas, que pudieron cantar tanto como el artista, ya se encaramaban en las primeras filas varias hora antes de que empezara el espectáculo, y esperaron estoicamente el retraso añadido para disfrutar con su ídolo.

"Aquí fue donde comenzó todo y lo grito en todos lados", dijo nada más comenzar refiriéndose a Canarias como su puerta hacia Europa. "Hacía varios años que no nos veíamos y por eso vamos a disfrutar el doble juntos", añadió.

Con la estrategia de combinar la balada con canciones de ritmos contundentes, comenzó con un intro en donde los cuatro integrantes del cuerpo de baile realizaban todo tipo de piruetas mientras por las pantallas aparecían imágenes del cantante en varias actuaciones. Fue antes de dar paso al primer tema Tanto para nada. Fonsi salió al principio con una camiseta blanca y chaqueta negra que luego se quitaría a la tercera canción. Inmediatamente atacó uno de sus grandes éxitos, Corazón en la maleta, que empató con otro de sus títulos más emblemáticos, Nada es para siempre, hasta llegar a uno de los momentos más intensos de la noche a través de Imagíname sin ti, que recordó que "fue mi primer éxito en las Islas, por lo que le debo mucho" y durante cuya interpretación cedía el micrófono continuamente para que el público cantara en sustitución suya .

"Vamos a interpretar nuevas canciones", dijo antes de que empezara con el tema Apaga la luz. "Esta es una canción que está prevista para mi próximo trabajo", añadió. "Pero quiero saber la respuesta de ustedes porque en caso de que fuera negativa terminaré desechándola. Así que si les gusta díganmelo y si no les gusta miéntanme", afirmó sonriendo. El tema en cuestión resultó ser una contagiosa melodía de baile con aires latinos, regada con instrumentos autóctonos como en la propia Despacito, pero que no desencajaba entre el resto de sus repertorio.

Calidad

Acompañado por un quinteto de guitarra, bajo, teclados, batería y una segunda voz, la banda tuvo tiempo para dejar constancia de su calidad, aunque en algunos instantes casi no intervinieran como en Gritar, uno de los momentos más intimistas que interpretó Fonsi sólo con la acústica. Sin embargo, antes de atacar Llegaste tú realizó un amplio discurso hacia la audiencia. Primero habló de la canción como un tema sobre la importancia de "alguien que cambia la vida de una persona". Y luego preguntó cuánta gente había con pareja en el recinto, cuánta gente había con familiares y cuánto estaban solteros. "Pues bien", aclaró. "Esta canción la compuse con esa persona que me cambió la vida y que fue mi hija".

Y siguió con el recurso de tocar una canción lenta y otra rápida en Quién dijo eso y Por una mujer con la que llegó a la mitad del concierto. Fue aquí cuando Luis Fonsi salió para cambiar de vestimenta y permitir que los músicos se pudieran lucir en una jam session. Y, ciertamente, resultó toda una sorpresa comprobar el arrebato de energía eléctrica creada entre el guitarra y el batería durante unos cinco minutos espectaculares que rozó un concierto de jazz fusion y que dejó a algunos algo perplejos.

Fonsi aparecería en el escenario poco después con una vestimenta más chillona para atacar un tema en inglés más narrado que cantado antes de empezar con Despacito donde la segunda voz hacía las veces de Daddy Yankee. Fue la revolución, ya que todo el mundo cantaba y bailaba entusiasmado al ritmo del tema del año en medio planeta. Todo acompañado de excelentes juegos de luces y con una coreografía medida al milímetro, mientras el cuarteto de baile daba cuenta de su sensual elasticidad.

A partir de aquí el show mantendría una impresionante química entre cantante y audiencia a través de temas tan contagiosos como Llueve por dentro o Échame la culpa a los que siguieron Se supone y Yo te propongo. En su interés de dejar constancias de las diferentes vertientes de sus veinte años de carrera introdujo dos medleys con temas de todas sus etapas. La primera estaba formada por baladas con Quisiera poder olvidarme, Qué quieres de mí, Abrazar la vida, Aunque estés con él y, finalmente, Respira. Y la segunda con temas más animados que incluía La mentira, Claridad y No te cambio entre otras. Mención especial merecería el cuerpo de baile, que no paró de moverse frenéticamente, de manera a veces elegante y otras obscena durante todo el tiempo Y terminó la actuación con otro de sus grandes éxitos como la popular No me doy por vencido.

Pero como es natural hubo bises, y Fonsi empezó la archiconocida Aquí estoy a la que siguió segunda versión de Despacito aún más espectacular que el primero. El resultado fue un concierto frenético, sutil, en el que las canciones enlazaban una detrás de otra de una manera fresca y convincente.

El puertorriqueño actuó bajo una impresionante puesta en escena que incluía grandes efectos de luces, además de 150.000 vatios de sonido. Y llegaba tras una extensa gira mundial durante todo este mes de julio que empezó en Andújar y que, tras recorrer numerosas ciudades tanto de España como de Portugal, llegaba a Canarias para ahora seguir -tras los conciertos de hoy en Tenerife y mañana en La Palma- a partir del lunes por el resto de España e Italia. Los directos se extenderán durante los meses de agosto y octubre por América.

Aún así, el músico se mostró incombustible, seguro de si mismo, tan comunicador como siempre. Hay quien dice que Despacito puede ser a la larga una sombra para el cantante, pero tras el concierto de ayer más de uno tendrá dudas.