El programa Artistas en Residencia, una de las asignaturas pendientes del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), ha comenzado a rodar este año de la mano de su director, Orlando Britto, con el objetivo de abrir sus puertas a los creadores para que desarrollen u nproyecto inédito en una de sus salas.

Este formato de actividad, que se lleva a cabo en distintos museos capitalinos y nacionales, como el Centro de Arte La Regenta, admite distintas variables en materia de duración o tipo de convocatoria.

En el caso del CAAM, las residencias se prolongan durante un mes, que se distribuye en tres semanas de producción en el taller-laboratorio y una de montaje en la sala de exposiciones, donde se exhibe el resultado del proyecto.

El proceso de selección se realiza a través de una convocatoria pública en la que se apuesta por dos proyectos específicos valorados por el equipo del CAAM. El centro sufraga con 1.000 euros los gastos de producción y material y otros 1.000 euros en concepto de honorarios por artista.

Pero una de sus características más interesantes es la particularidad de que se trata de convocatorias abiertas, en las que el creador abre su taller-laboratorio al público para desgranar in situ las claves de su proceso creativo. "La posibilidad de este seguimiento es interesante, porque permite que el público también participe del proyecto", señala Orlando Britto.

El taller-laboratorio de los artistas en residencia se extiende en una de las salas de la segunda planta del CAAM, con una amplia terraza con vistas al casco histórico, donde hace años se instaló el despacho de Martín Chirino, primer director del centro. "Hemos espejado los paneles que cubrían los ventanales, que dan acceso a unas terrazas, en las que el CAAM es muy rica porque la normativa obligó en su momento al retranqueo en altura, lo cual brinda la posibilidad de tener un espacio cómodo y luminoso para habitar y trabajar", explicó el director.

Esta experiencia piloto en el centro capitalino se inscribe en la línea del CAAM de acercarse a los jóvenes creadores y que sientan el centro como suyo. "Para nosotros es una satisfacción poder acoger a artistas en residencia para que produzcan en el mismo centro, porque eso dinamiza y da sentido a un centro de arte", concluye.