Si resulta difícil encontrar a algún adolescente que se conecten a internet menos de una hora al día, lo que preocupa a los expertos, los adultos no tienen nada que envidiarles, como demuestra un estudio centrado en el WhatsApp de José Raposeiras, profesor asociado de la Universidade de Vigo, que titula su investigación La omnipresencia de los wasaps en nuestras vidas, y no por casualidad. Porque del análisis de una encuesta realizada a trabajadores Raposeiras concluye que uno de cada cinco usuarios del servicio chatea 20 o más veces por día y que un 3,6% dedica al menos tres horas a esos mensajes.
"Dedicándole tanto tiempo a esta tecnología, ¿qué nos puede dedicar para los demás quehaceres o actividades de la vida diaria? ¿Llevamos el mismo camino los adultos que la juventud?", se pregunta el investigador de la facultad de Ciencias de la Educación en un artículo publicado en la revista Eduga. Para evitar respuestas alarmistas a estas cuestiones, ve preciso "incidir" en el asunto con criterios "pedagógicos de carácter preventivo" con una meta: "Evitar usuarios compulsivos" porque "se percibe una adicción o pena del WhatsApp con exceso de chats y tiempo dedicado a estos".
Un 33% de adultos entrevistados, explica, afirman establecer menos de cinco comunicaciones al día, lo que se sitúa, dice, "dentro de la normalidad" y otro 47%, que wasapean entre cinco y 20 veces al día, lo que considera "un porcentaje aceptable". "No podemos decir lo mismo", apunta, del resto: el 14% que chatean entre 20 y 40 veces al día, el 4% que lo hace entre 40 y 60 ocasiones y el 2% restante al que hasta se le quede corta esa cifra. "Estos datos reflejan una exageración en el consumo abusivo de la comunicación a través del teléfono móvil inteligente", asegura el artículo y destaca que se debe tener "en cuenta para corregir a los potenciales usuarios adictos a él".
También al analizar el tiempo destinado al intercambio de mensajes por WhatsApp, explica que su estudio -a partir de una encuesta a 507 personas- refleja que el 77% de los usuarios recurre a la aplicación menos de una hora al día, y que el 18% se conecta entre una y tres horas, pero también que el 1% pasa de tres a seis horas, el 2% de seis a diez horas por jornada wasapeando y hay casos (el 0,6%) que pueden llegar a 15 horas.
Aunque el porcentaje enganchado más de seis horas sumaría un 2,6%, a este profesor le preocupa porque le parece "altamente significativo". Así, solo en su muestra se traduciría en "13 hipotéticas personas enganchadas", por lo que conmina a una "información/formación adecuada dentro de los ámbitos familiares, socioeducativos y laborales" que eviten "patologías derivadas del mal uso y abuso de este recurso".
Este experto apunta otra cantidad "para encender ya las luces de las alarmas": un 7% siempre están pendientes del móvil. En parte es el WhatsApp el que influye -un 8% siente "ansiedad" al precisar responder o mantener una conversación- y un 19% no duda en chatear en reuniones familiares o con otras personas, un hábito que, opina, se debería "corregir".
Además, un 44% admite que chatea en horas de trabajo -aunque no se analiza si en parte es por razones laborales- y detecta que un 16% de los que usa la aplicación en el trabajo interrumpe más de 10 minutos su jornada para atender estas comunicaciones y esas pausas, admiten los interesados, "afectan a la productividad y al rendimiento laboral".
Esos datos chocan con la validez de la herramienta si se usa con moderación, porque para el 91% es una vía adecuada para dar y recibir información y ayuda y un 83% ve su potencial como una herramienta más de trabajo.
En esa línea, el informe advierte sobre los grupos: pueden ser de utilidad pero siempre para el fin concreto para el que se crearon (si no pueden "incidir en la creación de adicciones" y robar tiempo a otras actividades) y, respecto a los relativos al colegio, cree que "los temas escolares se deberían resolver en el propio centro antes de publicarlo en el grupo".
