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Entrevista

"El caso de Juana Rivas evidencia el abandono que sufre la mujer maltratada"

"Hay que formar a los profesionales que tratarán con niños que sufren violencia doméstica", afirma Patricia Hernández, autora del libro "Ya no tengo miedo"

Patricia Fernández Montero. LP / DLP

¿Por qué decide escribir Ya no tengo miedo y hacer pública su historia?

Fue un cúmulo de cosas, necesitaba contarlo. Yo escribo desde pequeña y consideré que haciendo pública mi experiencia podría ayudar a muchos niños que están pasando o han pasado por la misma situación. La empecé a escribir con quince años -aún estaba en régimen de visitas con el maltratador- al final de un proceso de diez años muy largos, de mucha lucha y muy intensos. Esta historia tenía que servir para algo, para denunciar también el maltrato institucional que sufrí, así que no quise pasar página sin hacer público todo lo vivido y concienciar a la gente y, como bien dije, ayudar a otros niños.

¿Qué cree que lleva a las mujeres que sufren violencia de género a guardar silencio y, en ocasiones, a justificar a su maltratador?

El miedo. Cada vez que alguien dice que por qué una mujer maltratada vuelve con su pareja, pienso que hay un profundo desconocimiento por parte de la sociedad. La mujer maltratada no solo aguanta golpes, sino también humillaciones, coacción, maltrato psicológico, dominación, manipulación y amenazas tales como: "siempre serás mía", "te voy a matar como digas algo", etc. Y cuando hay hijos es aún peor, porque ellas saben que si denuncian sus hijos sufrirán las consecuencias, tendrán que vivir con el maltratador y eso es muy duro. Cuando una mujer denuncia una situación de maltrato, los niños son la cabeza de turco y, muchas veces, el maltratador amenaza con quitarle a los niños -como está sucediendo con el caso de Juana Rivas- así que antes de perder a sus hijos, la mujer calla y oculta el maltrato. El caso de Juana evidencia el desamparo al que están sometidos la mujer maltratada y sus hijos.

¿Cómo sobrevive un niño en un hogar teñido por la violencia diaria?

Pues, como bien has dicho, sobreviviendo. Te cambia el chip. Por ejemplo, en una situación normal, un niño sale a jugar y su única preocupación es jugar. En cambio, cuando vives una situación de violencia de género piensas: voy a salir a jugar y voy a dejar a mamá con "este hombre que le pega". Porque él no es mi padre, es mi progenitor biológico. Desarrollas inconscientemente unos mecanismos de supervivencia.

Hay dos situaciones; por un lado, vivir con un maltratador antes de que haya una separación, es decir, antes de que intervengan los organismos institucionales y, otra muy distinta, que es vivir con un maltratador cuando ya se ha producido una separación que, en mi caso, se le dio la custodia al maltratador. En ambos casos sobrevives, en el primero no tienes todavía el apoyo de las instituciones, y en el segundo es aún peor, porque sientes que no tienes el apoyo institucional a pesar de que lo has pedido, porque en ocasiones -muchas- los organismos se ponen de parte del agresor.

¿Qué secuelas deja una situación de violencia de género en los niños cuando son adultos?

A ver, en mi caso he salido fortalecida y a través de la escritura he liberado esta situación. También es cierto que detrás de los niños que han vivido esta experiencia debe haber un gran trabajo terapéutico. No quiero ser pesimista, pero luego está el caso de los niños que de adultos reproducen sus vivencias: lo que ha visto en casa, los comportamientos del padre, etc. Es obvio que una situación de maltrato siempre deja una huella, luego cada uno decide cómo enfrentarla y trasladarlo. Hay niños que no quieren volver a hablar del tema y hay niños -como yo- que quieren luchar para que esto deje de repetirse.

Su custodia le fue concedida a su padre porque el forense diagnosticó que usted sufría el Síndrome de Alienación Parental (SAP). ¿En qué consiste este síndrome?

El síndrome consiste en una supuesta manipulación materna -el síndrome tiene una gran base misógina- porque nos decían a mi hermano y a mí, que mi madre era mala y una mentirosa. Yo sufrí lo que se denomina maltrato institucional. Cuando yo contaba en el peritaje lo que había vivido en casa, me decían que era mentira y que mi madre me manipulaba. Me obligaron a tener relación con mi padre y para que esta se estableciera debía cortar el vínculo con mi madre.

¿Bajo qué criterios decide un forense o un perito judicial que un menor sufre Síndrome de Alienación Parental?

Bajo ninguno. Ellos deducen que un niño sufre SAP tras una conversación de una hora. No hay más pruebas, no hay más criterios. Recuerdo que cada semana tenía reuniones con seis psicólogos de Aldeas Infantiles, en esas reuniones estaba mi padre y una cámara grabándolo todo. Me llegaron a decir que doce ojos veían más que dos. Me sentí intimidada, querían que les dijera lo que ellos querían escuchar, no la verdad de lo que realmente sucedía.

¿Cree usted que los menores están protegidos por la ley en situaciones de violencia doméstica?

No, no lo estamos. Debe cambiar el sistema. Sanearlo y, sobre todo, formar a los profesionales que tratarán con niños en esta situación. En mi caso, en lugar de ayudarme a recuperarme de la situación de violencia que viví, me ayudaron a prepararme para irme a vivir con el hombre que maltrataba a mi madre. Los niños no están siendo escuchados ni protegidos.

A su juicio, ¿las medidas que se toman en estos momentos desde las administraciones cuando una mujer denuncia un caso de violencia de género son suficientes?

No son suficientes. La ley, como bien sabes, se puede aplicar de muchas maneras. Sé de casos en los que ni la propia policía quiere recogerle la denuncia a la mujer víctima de maltrato. En el caso de mi madre, cuando la orden de alejamiento acabó, no quisieron renovarla. Si las medidas que se toman desde las Administraciones fueran efectivas no habría tantas muertes por violencia machista.

¿Qué mensaje les enviaría a todas esas mujeres que actualmente sufren cualquier tipo de agresión?

Sé que no es fácil, pero les diría que no tengan miedo. Que denuncien. Que aunque crean que no pueden salir de ese agujero, al final se sale. Va a ser largo, duro y difícil, pero deben luchar.

¿Cómo podemos adquirir un ejemplar de Ya no tengo miedo ?

En librerías por encargo o también lo pueden solicitar a través de internet, en librerías como La casa del libro [en Las Palmas de Gran Canaria] y ellos te lo envían a tu domicilio.

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