El hostelero grancanario César Santana falleció este sábado por las complicaciones de una enfermedad que no pudo superar. Santana dirigió el bar-restaurante Zumolandia, en la calle Viera y Clavijo 18, y especializado en sandwiches y zumos y batidos naturales, durante algunos años, y los famosos que acudía al teatro Cuyás siempre paraban allí atraído por la fama de sus bebidas, pero también por su carisma personal. Juan Echanove, María Galiana, Antonia San Juan y un largo etcétera de gente del mundo de la política o el espectáculo, eran algunos de sus clientes habituales

César Santana volvió a dirigir el local en el año 2013, justo cuando cumplía 41 años de historia, tras una época en la que estuvo a punto de cerrar y volvió a su esplendor gracias a la ayuda del chef José Rojano del restaurante del Hotel Santa Catalina, que se asoció con él para dar un nuevo impulso al negocio. El cocinero vasco vivía justo en el piso de arriba del bar y desayunaba allí.

Para ilustrar la fama internacional de Zumolandia el prestigioso chef recordaba una curiosa anécdota de un chico que tenía cáncer de páncreas y que fue a tratarse a una clínica especializada en EE.UU. "Los médicos le preguntaban, ¿viene de Gran Canaria?, pues lo que tienen que hacer para curarte es tomar un zumo de cactus de higos rojos en Zumolandia todos los días". Y es que César Santana siempre recomendaba a los clientes que, cuando tuviera las defensas bajas, fueran a tomarse los zumos que él preparaba con cariño. El hostelero destacaba su bebida estrella hecha de tunos con guayabos y su innovación con aloe vera. El barman tenía una teoría de por qué gustaba tanto el local a los famosos. "Aquí, cuando viene una persona que todo el mundo conoce, yo nunca le pido autógrafo, ni le pido que se haga una foto conmigo para luego colgarla en el local, no lo agobio", aclaraba. "Y como verás, dentro no tengo la foto de nadie posando conmigo", comentaba.

Lo cierto es que todos los actores, bailarines, cantantes, directores, técnicos, etc., que iban al Cuyás acababan tomando algo en su local. "Yo disfruto con esto una barbaridad y lo que hago se lo transmito a todo el que viene. Esto es salud", aclaraba. "Nunca me aprovecho de la fama de nadie. A todos los clientes los trato por igual, es un negocio que todo el mundo conoce porque vienen los hijos, los nietos, etc.". César Santana mostraba risueño uno de esos vídeos colgados en youtube en los que se doblan a los actores originales de las series norteamericanas, aunque con voces canarias y con un argumento disparatado. En concreto le gustaba mostrar uno de la serie Dinastía en el que tras una discusión que acaba en las manos entre los protagonistas, uno de ellos confiesa que se va a relajar al "Zumolandia de la calle Viera y Clavijo".

El barman recordaba que Juan Echanove podría desayunar perfectamente en su hotel, "pero que prefiere tomarse su sandwich con berro y su zumito de papaya con plátano y naranja". Y es que, al igual que él, la gente se quedaba con un buen recuerdo que luego se lo transmitía a los demás. "Yo creo que hacerme una foto o pedir un autógrafo no está bien, ya que tienes que conformarte con que esa persona venga a tu local. Te quedas solamente con la parte buena de toda esta gente", decía y recomenda a todos los clientes el sandwich de nueces con queso y los zumos de fruta de temporada. Era ese desayuno ideal que transmitía la vitalidad necesaria para un día duro de trabajo.