Los beneficios de la actividad física están científicamente demostrados. Combinado con una dieta sana, el ejercicio físico protege de enfermedades y mejora el estado de ánimo. Igualmente conocidos son los graves problemas de salud de la vida sedentaria. Sin embargo, cambiar el sofá por las zapatillas de deporte es una decisión que muchas personas no terminan de adoptar o que si lo hacen terminan abandonando. Pero, ¿por qué en unos países la población practica más deporte que en otros?

Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) ha recopilado información de más de 700.000 hombres y mujeres en todo el mundo a través una aplicación móvil que registra el nivel de ejercicio realizado y otros factores relacionados con la salud, y ha comparado estos datos con estudios sobre urbanismo de varias ciudades para entender por qué la población de unas zonas practica más actividad física que la de otras. Los resultados se publicaron en la revista Nature.

"Para poder frenar la pandemia global de inactividad física y los 5,3 millones de muertes anuales asociadas, necesitamos comprender los principios básicos que rigen la actividad física. Sin embargo, hay una falta de mediciones a gran escala de patrones de actividad física al aire libre en todo el mundo. Aquí aprovechamos el amplio uso de teléfonos inteligentes con acelerometría incorporada para medir la actividad física a nivel global", explican los autores del estudio.

Los teléfonos inteligentes o smartphones tienen unos sensores capaces de registrar los movimientos del usuario, es decir, los pasos que ha dado ese día y/o los kilómetros que ha caminado. Los datos recopilados por los investigadores han desvelado que existe desigualdad en la distribución de la actividad física.

Los investigadores estudiaron los datos de actividad física registrados en los teléfonos móviles de 717.527 personas de 111 países del mundo durante 68 millones de días. "Encontramos desigualdad en cómo se distribuye la actividad dentro de los países y que esta desigualdad es mejor predictor de obesidad que el volumen de actividad media", explican. Así, los países con las mayores diferencias entre las personas que caminan grandes distancias y las que lo hacen poco registran las tasas de obesidad más elevadas.

El estudio incorpora datos como la edad, el sexo, la altura y el peso para calcular la masa corporal de cada persona, y concluye que la obesidad aumenta más rápidamente en mujeres que en hombres cuando esta desigualdad aumenta.

El estudio también concluye que el urbanismo también está relacionado con una menor diferencia, especialmente entre sexos. "En las ciudades más transitables, la actividad es mayor a lo largo del día y a lo largo de la semana en los distintos grupos de edad, sexo y distinta masa corporal, con mayores incrementos de actividad para las mujeres", afirman los investigadores, que añaden que estos resultados tienen implicaciones para la política de salud pública mundial y la planificación urbana.

Un acicate

Pero los móviles no solo son una herramienta para medir la actividad física global. También son un acicate para mantenerse en forma y de hecho, cada vez son más las personas que utilizan aplicaciones desarrolladas para hacer ejercicio.

Los psicólogos también creen que los teléfonos inteligentes pueden contribuir a llevar una vida un poco más activa. "Pueden ser un factor motivador porque te permite ver lo que has hecho y también marcarte metas", afirma la especialista María Dolores González.