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"Llevo cuatro cancelaciones"

La mayoría de los alumnos aprovechan el verano para conseguir el carné de conducir

"Llevo cuatro cancelaciones"

Las autoescuelas viven su mayor actividad en los meses de verano. Es el período que aprovechan estudiantes y trabajadores para realizar las prácticas de conducción, así como el examen con el que consigue el carné de conducir. De ahí que la mayoría de centros autorizados de estudios en conducción vial decidan no coger las deseadas vacaciones de verano. Sus puertas se mantienen abiertas de par en par durante los meses de junio, julio, agosto, e incluso septiembre. Tras estos intensos meses de actividad vienen las vacas flacas y el momento de pensar en el descanso.

Esta dinámica se ha roto intencionadamente este año debido a la huelga que los examinadores han mantenido durante junio y julio de 2017. Sus efectos en Canarias ha supuesto un 60% menos de matrículas y la imposición de coger tiempo de descanso. "Nos hemos visto obligados a dar vacaciones forzosas, que no es lo normal", asegura José Suárez, presidente de la Asociación de Autoescuelas de Las Palmas. Pero Suárez también suma al problema económico el emocional, ya que los gerentes de las autoescuelas han asumido el papel de explicar a los afectados las causas por las que no pueden examinarse. En la mayoría de las ocasiones se tienen que enfrentar a alumnos y padres irritados que no entienden por qué se retrasa tanto una sencilla prueba de conducción que no dura más de 10 minutos. En estos casos, las autoescuelas se han convertido en los centros de reclamaciones espontáneos que recogen las frustraciones de las personas a las que realmente les ha afectado la huelga de los 33 examinadores de la Dirección General de Tráfico en Canarias. El fin temporal de este paro a finales de julio ha dado como resultado 4.200 personas sin examinarse, que llevan entre 15 y 40 días esperando por sacarse el carné.

Antonio Peña es uno de estos afectados que ha escuchado pacientemente hasta cuatro veces el aviso de que se le anulaba la gran cita del día del examen. El joven de 29 años se matriculó en la autoescuela en noviembre de 2016 porque le ofrecieron un trabajo en una empresa de transporte y logística. El problema es que necesitaba el permiso C con el que puede llevar un camión. Así que ni corto ni perezoso decidió ir a por esta letra. Nunca se imaginó que no dependería de él desperdiciar la oportunidad de conseguir el trabajo que quería. "Llevo peleando con esta historia desde noviembre y lo peor es que lo necesito para trabajar", explica Antonio Peña con una calmada resignación.

"La primera vez que decidí presentarme al examen fue a finales de julio. Desde entonces me han cancelado la cita cuatro veces". La última de estas "colgadas" fue el 16 de agosto y su próximo encuentro será el próximo miércoles, 30 de agosto. Antonio es uno de los 1.375 alumnos pendientes en la provincia de Las Palmas a los que se les ha cancelado o retrasado el gran día de nervios a flor de piel.

A pesar de ello, él no forma parte de uno de esos cibernautas a los que les ha sacado de quicio la bimensual huelga. Se limita a pedir con un por favor que "no nos castiguen a nosotros". Y es que en un conflicto como este no ha faltado la llamada de atención. "Una huelga salvaje que impide obtener el permiso de conducción a los ciudadanos que lo precisan y que va a hundir a un montón de familias". Este es de los mensajes más suaves que recibe la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) a través de su Facebook.

Antonio Peña es una de esas personas educadas que ni tan siquiera ha hecho uso de su derecho de la pataleta presentando la correspondiente reclamación en la Dirección General de Tráfico.

La cuestión es si su paciencia le ayudará a que finalmente el próximo 30 agosto pueda examinarse. Lo necesita para "evolucionar".

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