Los expertos que trabajan para el Gobierno de Canarias sobre la incidencia del alto número de microalgas en las costas de las Islas aseguran que lo único que este fenómeno puede producir "es una irritación pasajera" en caso de un contacto prolongado, pero que de ninguna manera" existe una relación entre las microalgas y el desarrollo de tumores o hepatitis A".

Así lo aclaró ayer el taxónomo y experto del Banco Español de Algas, Emilio Soler, durante una rueda de prensa a la que acudió junto al doctor en Ciencias del Mar y técnico del departamento de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente, Rogelio Herrera, y la jefa de servicio de Sanidad Ambiental, María Luisa Pita. Soler, que está acreditado por el Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global (Iogag), afirmó que no hay evidencias que indiquen que la cianobacteria Trichodesmium erythraeum -nombre científico de la conocida como microalga- afecte al ser humano de una manera nociva o tóxica, y mucho menos que pueda provocar tumores primarios de hígado a medio-largo plazo.

Recomendaciones

El técnico subrayó que en el análisis que el Banco Español de Algas realizó el pasado mes de junio, se realizaban una serie de recomendaciones dirigidas a los técnicos y científicos de la Viceconsejería de Medio Ambiente, Salud Pública y Emergencias. En dicho análisis se dice que la producción de amonio, presente en las cianobacterias, o de sustancias de su metabolismo "pueden producir, en altas concentraciones, irritaciones en la mucosa de humanos provocando picores y, en aquellas personas que tengan un problema respiratorio, la exposición continuada puede provocarles asma". Sin embargo, Soler subrayó que en dicho documento se señala que todas las referencias científicas en relación al carácter tóxico de la Trichodesmium erythraeum "son producto únicamente de experimentos de laboratorio en invertebrados marinos, peces y ratones". En el caso de los experimentos con estos roedores, la exposición prolongada de hepatotoxinas del tipo microcistina presentes en esta cianobacteria "puede provocar tumores primarios de hígado". El técnico también añadió que hay estudios que dicen que puede afectar a la fauna marina, en particular a los invertebrados y a los peces, pero matizó que no se especificó en el análisis si esa incidencia afectaba a humanos "porque todos los técnicos sabemos en qué canal estamos hablando y sobre qué estamos trabajando", precisó. En este sentido, Soler puso ejemplos de lugares en los que el fenómeno es mucho más persistente que en Canarias como Brasil, Australia o Japón y donde las investigaciones ratifican esta teoría que se resumen en que "no hay evidencias que indiquen que este tipo de cianobacterias afecte al ser humano de una manera nociva o tóxica".

Por este motivó, el técnico recordó que la Unesco no tiene incluida en su lista taxonómica de microalgas y cianobacterias nocivas a la Trichodesmium erythraeum y precisó que el Banco de Algas "sólo ha recomendado no tener contacto directo con las algas", pero que en ningún momento los expertos han afirmado que los efectos nocivos se den en humanos. "Este tipo de bacterias desprenden unas células que pueden provocar dermatitis en exposiciones prolongadas, por lo que únicamente recomendamos que no haya contacto con ellas en zonas de alto índice", dijo. Y añadió que se trata de una irritación pasajera sin ningún tipo de efectos secundarios.

Los técnicos también descartaron "tajantemente" que la presencia de las microalgas en las aguas canarias pueda ocasionar toxicidad en el pescado que se consume en las islas, y recordaron que se hacen controles exhaustivos tanto de las aguas como del propio producto antes de que este llegue a los mercados de canarios. Por su parte, Rogelio Herrera, quiso destacar que este fenómeno no sea exclusivo de las aguas canarias, sino, por el contrario, muy común en los mares tropicales y subtropicales. Y añadió que la estrategia seguida hasta ahora por las autoridades canarias se corresponde con la que se ha seguido también en numerosos países afectados por la misma incidencia. Herrera también quiso recordar que intentar acotar las zonas afectadas resultaría completamente inútil ya que estas sustancias se mueven a razón del viento y la marea y a los cinco minutos podrían estar en la playa vecina. Tampoco resulta eficaz combatirla con arcilla ya que, aunque acabe en el fondo marino, desprenden una sustancia que inmediatamente las devuelve a la superficie.

María Luisa Pita aclaró que parte de la población se alarmó respecto al tema de las microalgas debido a la "confusión", ya que muchas personas asociaron de manera equivocada este fenómeno con el tema de las aguas residuales y también con el brote de hepatitis A. "Los casos de hepatitis A no guardan ninguna relación causal con las microalgas", ya que el alto número de incidencia a nivel mundial es porque "se ha bajado la alerta en cierto tipo de relaciones sexuales de riesgo". Y, por otro lado, la Trichodesmium erythraeum "no necesita para nada el aporte nutritivo que proporcionan las aguas residuales en el mar, sencillamente porque es fotosintética".