José Artiles Hernández

Ayer se nos fue nuestro querido Manolo, el del famoso y concurrido restaurante 'Ca' mi suegra', en Vecindario. Este restaurante, ubicado en la Avenida de Canarias, fue un revulsivo para la localidad sureña. Siempre fue lugar de reuniones y comidas de empresarios, políticos y gente de todos los estamentos sociales del Sureste de Gran Canaria. Fue un verdadero visionario adelantado en el mundo de la restauración en la isla.

Manuel Francisco González Pérez nació en mayo de 1959 en la Clínica Cajal de Las Palmas de Gran Canaria y falleció ayer a mediodía. Su cuerpo se encuentra en la sala B del tanatorio de Vecindario. Mañana, a las 16:30, se celebrará una misa en la parroquia San Rafael de Vecindario. Era el benjamín de una familia de once hermanos. Aunque nació de siete meses, fue un niño muy vivaracho siempre. Cursó los primeros estudios en la escuela de El Doctoral, aunque muy pronto tuvo que ponerse a trabajar.

Su padre, Rafael González García, nació el 3 de abril de 1909 en San Bartolome de Tirajana. En su juventud fue pastor en los llanos de Amurga y su vivienda en invierno era una cueva muy grande llamada La Ereta; en verano, cuando bajaba el ganado, su vivienda habitual era en La Sorrueda. Su madre, Maria Isabel Pérez Rodríguez, nació en Fataga el 5 diciembre de 1911. Tuvieron once hijos.

De muy joven, con 14 años, se fue a buscar trabajo a Playa del Inglés ya que en casa sus padres necesitaban de un poco de ayuda puesto que uno de sus hermanos estaba pasando por una enfermedad. Empezó trabajando como freganchín en el hotel Parque Tropical, donde hizo sus pinitos en la hostelería, se formó y luego pasó a trabajar de camarero de sala, pasando luego por un restaurante, la discoteca Joy, Tamango y un pub de Puerto Rico.

En 1982 estaba cansado de la hostelería y se fue a trabajar con un hermano a la construcción, pero pronto se dio cuenta de eso no era lo suyo . Entonces con su hermano Antono montó una cafetería confitería, única en la zona sur Vecindario. Fue el primer negocio que montó con su hermano. El local se llamaba Silke y fue una auténtico éxito. En ese negocio estuvieron tres a?os.

Manolo siempre fue un hombre muy inquieto y pronto se cansó de este negocio. Traspasó la confitería y se fue a trabajar a Riu en Lanzarote como jefe de sala. Más tarde fue a Fuerteventura, también con Riu como jefe. Luego cruzó el charco y recorrió mundo: Puerto Rico, Santo Domingo, Cuba y algunos países más.

Como se cansó de viajar, montó un pequeño bar en Vecindario, que llamó Silke 2, pero se le hizo pequeño y fundó el 28 de diciembre de 1998 'Ca' mi suegra', otros restaurantes, cafeterías, La Montaraza, Embutidos El Jamonal, las cafeterías La Frambuesa en Vecindario y en Las Canteras, la pizzería El Mundo en Vecindario, un restaurante de comidas ecológicas? Su último restaurante se llamó Tagore. Todos estos negocios los montó a partir de 1982.

También trabajó en el pub Picadilly de Puerto Rico, en el restaurante La papa dulce de Playa del Ingles y el Loopy's de San Agustín. Y no solo se laboró en la hostelería sino también como fotógrafo a finales de la década de los 70 y como vendedor de libros.

Manolo enfermó en diciembre de 2014 y se vio obligado a dejar de trabajar ya que desgraciadamente pasó a una invalidez absoluta por enfermedad pulmonar. En el hospital La Fe de Valencia iban a hacerle un trasplante de pulmón, por lo que estaba muy contento pues un amigo suyo, Antonio, se había trasplantado con éxito.

Pero la enfermedad de Manolo siguió avanzando. Se asfixiaba mucho y en Valencia le descubrieron un tumor sobre el pulmón que era inoperable, por lo que los médicos desistieron de trasplantarlo, derivándolo al Hospital Insular, donde le comunicaron su enfermedad. En ese momento se puso en contacto con su hermano Antonio, al que le confesó su situación. Antonio le ayudó con sus dolencias para ir superando la enfermedad, colaborando en lo que podía y acompañándolo en las sesiones de quimioterapia.

Antonio llevó a su hermano Manolo a Fuerteventura a pescar en su barco, pero él, a pesar de la enfermedad, decidió comprarse un velero. Manolo era un hombre muy dispuesto y diligente para todo lo que se le metía en la cabeza. Cuando ya no pudo vivir en el barco por su enfermedad, buscó varias casas de alquiler en Arinaga, donde vivió su últimos días ya que ingresó en el Hospital Insular el 2 de agosto de este año. Sus hermanos lo acompañaron día y noche hasta el final.

Al buen y gran amigo Manolo lo recordaremos siempre. Jamás olvidaremos su ingente obra. Seguirá viviendo con nosotros en nuestra memoria.